García Lapido edita 'Luz de ciudades en llamas', un disco con sólo seis canciones
'El rock en España siempre ha sido minoritario, no hay grupos de rock que triunfen para todos los públicos'. Esta es la filosofía que subyace en el disco Luz de ciudades en llamas, el nuevo trabajo en solitario de José Ignacio García Lapido, ex guitarrista de 091, uno de los grupos que más relevancia tuvieron en Andalucía desde 1982 a 1996. Lapido regresa al mundo discográfico con un disco de sólo seis canciones mientras prepara un larga duración para la próxima primavera. 'Se trata de canciones que no encajan en ningún otro trabajo discográfico, pero que no quería que se perdieran', dice.
El nuevo trabajo mantiene las mismas premisas que encumbraron a García Lapido como uno de los grandes compositores de rock españoles: letras de indiscutible toque poético y melancólico, construcciones guitarrísticas contundentes y un profundo sentido de lo que debe ser una canción. 'Yo nunca he hecho discos conceptuales: yo siempre he hecho lo que mejor sabía hacer, un puñado de canciones'.
El autor de éxitos como La vida qué mala es dice escribir para sí mismo. 'Cuando llevas tanto tiempo en la música', señala, 'ya no piensas en que las cosas vayan a cambiar. Yo hago las canciones para que me gusten a mí, o para que le gusten a alguien como yo. Ya no me planteo que lo que publique pueda ser mayoritario'. Lapido opina que el rock, en España, muy al contrario de lo que siempre se ha creído, no es una música de masas. 'En los años ochenta se creía eso, pero era tan sólo un espejismo. La música que triunfa en las radios no es esa. Es una música muy diferente. No hay grupos de rock que triunfen para todos los públicos. De hecho, viven en las catacumbas', explica.
La idea de banda minoritaria, como músicos casi con aire de francotiradores, sin embargo, fue la que hizo que 091, una banda que está catalogada hoy entre las más brillantes del rock español, tuviera una verdadera legión de fans, aunque nunca un éxito masivo, salvo con algunos de sus singles. 'Es curiosa la forma en que existe ese culto por los 091', dice. 'Tal vez se deba a que el grupo se conoce entre tan poca gente, que quienes nos conocían nos consideraban como algo suyo, algo propio'.
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