Donde vive el silencio

La colección de relatos Ejercicios de duelo de Luisa Etxenike da cuenta de la escritura concisa y concentrada de la autora donostiarra. 'Porque la esperanza es un veneno de matar lentamente', los personajes de estas historias, breves y fuertemente condensadas, presentan una situación de tensión que se determina en una sucesión de sensaciones veladas y entrevistas, una confrontación que se interrumpe bruscamente y deviene una invitación al lector, para que desde el desasosiego en el que lo ha instalado el cuento comience un ejercicio de imaginación.

Los ocho relatos de la colección (el que que da título al libro recoge cinco microrrelatos) presentan unas mismas características: espacio y tiempo mínimos, muy pocos personajes, y una tensión que se deja traslucir en las palabras y, sobre todo, en los silencios. Las frases breves con las que se cierran los cuentos, y que remiten a elementos abiertos (una pregunta, una sugerencia, una frase que abre el relato) cincelan una escritura que, a ratos, da la impresión de ejercicios de estilo: la homonimia ensayada en el primero, el acento poético del último, las voces y las perspectivas de distintos personajes sobre un mismo hecho...

Retos

Ejercicios de duelo remite a un mundo en que los personajes se retan (como en el memorable Cuentos chinos) a un duelo verbal, en el que uno de los dos quedará eliminado. Es cierto que esto sucede sobre todo en los relatos que configuran la serie que da nombre al libro, y es menos discernible en el resto de los cuentos que completan la colección, porque en estos podemos encontrar historias de abandonos y encuentros, de juegos de imaginación sobre el futuro, de cambios en la sensibilidad y en el sentimiento, de historias de desamor,...

La concentración en las técnicas narrativas confiere intensidad a los relatos, real-atos mejor, en cuanto buscan una fotografía de la realidad y acercan los textos a los poemas. Otra de las características básicas de la colección reside en la inteligente utilización del silencio: las explicaciones son mínimas, las acciones toman cuerpo en un mundo donde se sugiere, se calla, y se pide al lector que desde la atención complete un mundo que se desarrollará después de que el cuento haya acabado.

Luisa Etxenike: Ejercicios de duelo. Bassarai, Vitoria, 2001, 110 páginas, 1.500 pesetas.