Pacientes rebeldes

Higuera de Calatrava, un pueblo de la campiña jiennense de apenas 700 habitantes, se ha convertido durante unos días en una especie de Fuente Ovejuna del siglo XXI. Sus vecinos se han echado a la calle de forma casi generalizada con un clamor social: exigir a la Junta de Andalucía el mantenimiento del servicio médico de urgencias, que desde la semana pasada pasó a depender del centro de Porcuna, localidad distante unos 11 kilómetros. Ayer vieron cómo la Junta daba su brazo a torcer, aunque para ello tuvieran que retener la noche anterior a un médico para llamar la atención de las autoridades sanitarias de la provincia.

'Voy a estar al lado de mi pueblo y aquí no se va a vender nadie a la Junta', decía ayer Manuel Arquillo, alcalde socialista de este pueblo y centro de las iras de sus paisanos. La contundencia de sus manifestaciones llegaba poco después de que el delegado de Salud en Jaén, Juan Francisco Cano, dejara en manos del regidor municipal la última palabra para desbloquear un conflicto que se había tensionado demasiado en las últimas horas.

Ni el alcalde ni el delegado de Salud parecían tener otra salida que ofrecer a los enojados vecinos, que se habían concentrado en masa en una reunión celebrada en la misma plaza de Ayuntamiento, desafiando al intenso frío. 'No había nada que negociar, no podemos consentir convertirnos en ciudadanos de segunda', afirmaba Juan Rueda, portavoz de la comisión vecinal que en los últimos días había recogido más de 500 firmas de protesta, casi tantas como mayores de edad viven en el pueblo.

'Además de la distancia está el inconveniente de las carreteras infernales que tenemos', añadía Rueda, conductor de ambulancia y concejal del PP. Precisamente, ha sido el PP quien ha abanderado con mayor vehemencia las movilizaciones en este conflicto sanitario.

Primero fue el diputado autonómico Juan Pizarro el que cargó contra la Junta por las carencias en la red de Atención Primaria en Higuera, aunque ignorando el caso similar de Santiago de Calatrava, cuyos vecinos no han rechistado a pesar de estar más lejos aún de Porcuna. El mismo día, el alcalde de Jaén y también parlamentario autonómico, Miguel Sánchez de Alcázar (natural de Higuera de Calatrava) demostraba que el corazón también tira y llevaba al Parlamento este tema en forma de pregunta al consejero de Salud, Francisco Vallejo.

Al margen de disputas políticas, Salud ha garantizado que, a partir de ahora, las guardias médicas en los dos pueblos tendrán presencia física y los médicos no podrán estar localizables, como sucedía hasta ahora. El delegado de Salud, que no había ocultado antes que el traslado de los médicos era la mejor opción, ayer defendía el nuevo 'compromiso adquirido'. Y mientras, los vecinos celebraban su triunfo.