El Madrid irrumpe en la cabeza

Apenas mes y medio después de estar en boca de todos por su desastroso arranque, el Madrid ha remontado hasta colocarse en la cabeza de la clasificación, prieta como nunca. Sólo cuatro puntos separan al primero del octavo, de manera que la mitad de los equipos pueden presentar su candidatura al título. Eso sobre el papel, porque la tradición obliga: el Madrid y el Barça siempre son los favoritos indiscutibles. No lo tendrán fácil. La Liga ha prosperado tanto que permite esta masiva cacería del título, muy lejos de los tiempos en los que había un fútbol de dos velocidades, el de los dos grandes y el de los demás.

En el secreto del Madrid está el papel de sus estrellas, por fin satisfechas en un equipo que comenzó entre dudas y excusas. Raúl decide partidos y Zidane los embellece con la categoría que distingue a los jugadores irrepetibles. Frente a la Real ofrecieron lo mejor de su repertorio. Con su astucia habitual, Raúl allanó el camino para una victoria laboriosa. A la fiesta se añadió Figo, que da síntomas de recuperación después de su inesperada crisis. Pero las inmensas posibilidades del Madrid no le aseguran un paseo por la Liga. Todavía es un equipo imperfecto, con defectos de primer orden en el funcionamiento defensivo, donde se resuelven las cosas más por instinto que por mecanismos. Esas concesiones fueron evidentes frente a la Real.

Había interés por ver la reacción del Barça a la crisis abierta en las últimas semanas. Venció al Villarreal en un partido complicado. Xavi fue expulsado en el primer tiempo y su portería sufrió un asedio. Con mucho sufrimiento, el Barça resistió con más entereza que recursos. Nunca se ha distinguido por su capacidad defensiva, pero también es cierto que esta vez nadie se borró del combate. La victoria supone una gran noticia para Rexach, muy cuestionado en los últimos tiempos. El hombre lo sabe y no puede disimular la tensión.

En medio del atasco que afecta a la cabeza, hubo ganadores y perdedores. El Alavés perdió el liderato con su derrota frente al Sevilla. Quizá sufrió el mal de altura que ataca a los equipos que no acostumbran a frecuentar la primera posición. El Deportivo no perdió fuera de casa -cosa que había sucedido en las últimos cuatro partidos- pero tampoco ganó en Málaga. Y ya se sabe que el empate vale bastante poco en la época de los tres puntos por victoria. El que no desfallece es el Betis, cada vez más acostumbrado a defender ventajas cortas. Un gol le bastó para imponerse al Mallorca.