Franceses, irlandeses y holandeses se lanzan a conseguir la divisa única
Franceses, holandeses e irlandeses se convirtieron ayer en los primeros ciudadanos europeos que pudieron tocar las monedas de euros. La comercialización de las bolsitas con monedas, que se inició ayer en estos tres países, tuvo una gran aceptación en Francia, donde se vendieron por encima de lo previsto. En Irlanda y Holanda, el estreno anticipado de la nueva divisa, que se pondrá en circulación el 1 de enero, fue más comedido.
Muchos franceses hicieron cola frente a los estancos, las oficinas de correos y los bancos para obtener su euromonedero, que contiene 40 piezas por un valor de 15,25 euros. 'Las monedas son brillantes y nuevas. Tomará un tiempo reconocerlas, como las piezas del Monopoly', indicaba Nadine Massei, propietaria de un establecimiento en Marsella. En París, euroentusiastas, curiosos y coleccionistas se lanzaron a la búsqueda de las monedas.
De los seis millones de bolsas confiados a los estanqueros (sobre un total de 50 millones), la mitad ya se había vendido a mediodía de ayer, según indicó Michel Arnaud, presidente de la Confederación del Tabaco de Francia. 'Pensábamos que nos iban a durar unos tres o cuatro días, pero apenas nos durarán una jornada', añadió.
El éxito francés es preludio de lo que puede pasar hoy, cuando España, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Finlandia y Austria pongan a disposición del público los euromonederos. Alemania, Portugal y Grecia no los venderán hasta el lunes. Con pequeñas diferencias, todos han confeccionado paquetes cuyo valor oscila entre los 10 y los 15 euros. Pero Holanda será el único país que regale pequeños paquetes, con un valor por unidad de 3,88 euros.
Dinero gratis
Cada ciudadano holandés ha recibido a través del correo un vale enviado por el Ministerio de Finanzas que puede cambiar desde ayer y hasta final de año por un paquete de monedas. 'Pensé que el vale era publicidad y lo tiré a la basura', se lamentaba ayer un holandés distraído. La operación comenzó a las nueve de la mañana en los bancos, las oficinas de cambio, las estaciones de servicio de la petrolera Shell y algunas grandes superficies.
En un gran almacén, una señora lanzaba una queja. 'Deberían haberlo hecho antes', comentaba mientras observaba las monedas: 'No son fáciles de distinguir'.
Los euromonederos gratuitos no lograron, sin embargo, despertar en otros sitios el interés de Francia. En Irlanda, la jornada tampoco fue tan entusiasta. Un portavoz del Banco Central de Irlanda indicó que la iniciativa ha despertado 'bastante' interés entre el público, que podrá comprar las monedas en bancos y oficinas de correos de todo el país. 'No queremos que el 1 ó 2 de enero la gente tenga que pagar con billetes, ni que empiece a almacenar grandes cantidades de monedas antes de tiempo', explicó este portavoz.
El lunes será una fecha clave, casi histórica, en la que la mayor parte de los ciudadanos de la eurozona ya podrá palpar los perfiles de las nuevas monedas, el metal tangible de esa nueva divisa que, como ayer destacó el director del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, será el rival directo de la moneda más potente del mundo: el dólar. 'El símbolo más evidente de la identidad de la ciudadanía europea', según la definición del comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes.
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