La pista de Torrejón se alargará 1.800 metros para sortear Barajas
AENA pagará las obras por 5.000 millones
La pista de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), la más larga de Europa con 4.020 metros, se prolongará 1.800 metros más para evitar que los vuelos militares interfieran la senda de aterrizaje en la nueva pista de Barajas. La prolongación de la pista costará unos 5.000 millones de pesetas y será financiada por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA).
La ampliación de Barajas, con la construcción de dos nuevas pista al este de las actuales, es incompatible con la continuidad de las operaciones en la base de Torrejón, pues los aviones que despegan de la misma irrumpirían en su pasillo de aterrizaje. Para sortear este problema, el Ministerio de Defensa tenía básicamente dos alternativas: construir una nueva pista en Torrejón, perpendicular a la actual, o prolongar hacia el este la existente.
La opción elegida ha sido la segunda y el Ministerio de Defensa ha llegado ya a un acuerdo con AENA para alargar en 1.800 metros la pista de Torrejón, lo que obligará a expropiar terrenos colindantes a la base, prolongar la valla y la carretera de circunvalación, así como cambiar la señalización de cabecera y las luces de pista e instalar nuevas radiobalizas. Las obras deberán estar concluidas en 2004, cuando entren en servicio las nuevas pistas de Barajas, y costarán unos 5.000 millones de pesetas, según las estimaciones de los técnicos, que serán aportados por AENA.
La parte más cara, y también la más complicada, es la referida a las expropiaciones, que correrán a cargo del Ministerio de Fomento.
La construcción de una nueva pista ha sido desechada por su alto coste, más de 20.000 millones de pesetas (muy poco, sin embargo, en comparación con los 600.000 de la ampliación de Barajas), y su mayor impacto ecológico. Esta alternativa, sin embargo, tenía la ventaja de eliminar las interferencias entre el aeropuerto y la base, lo que no sucede con la opción elegida.
De hecho, una vez concluidas las obras, la situación quedará como hasta ahora, sin agravar pero tampoco eliminar dichas interferencias. Los aviones que despegan de Torrejón no invaden el pasillo de aterrizaje del aeropuerto, pero sí el de seguridad. El problema no se plantea con los cazas, capaces de realizar giros bruscos, sino con los grandes aviones de transporte, más lentos y con menor maniobrabilidad.
Por eso, cada vez que un avión despega de Torrejón, los controladores de Barajas deban retener en el aire los vuelos que se disponen a aterrizar.
Con la prolongación de la pista, los aviones militares despegarán antes y girarán a la misma distancia de la nueva pista a la que ahora lo hacen de la antigua, lo que implica que sobrevolarán con más frecuencia el casco urbano de Torrejón.
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