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Crítica:LITERATURA POPULAR | Raíces
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cante por las virtudes y coplas de Machado

Me contaba Calixto Sánchez, en los preámbulos del disco que vamos a comentar, cómo una de las mayores dificultades con que se topó en su audaz empeño fue meter por sevillanas el célebre Retrato de Machado. Y cómo la inspiración le vino, curiosamente, paseando por Nueva York, no recuerdo a santo de qué. No parece que fuera tan difícil, escuchando ahora estas sevillanas lentas, para paladear los recuerdos infantiles del poeta por el Palacio de las Dueñas, y sus andanzas dialécticas por la vida trabajosa que le tocó vivir. Pero eso indica que el invento cuajó.

Seguramente se debe a lo bien que el cantaor escande los alejandrinos -verso culto donde los haya- en mitades de siete sílabas, que al fin y al cabo es la medida más popular que existe en España, pues da soporte a las muchas seguidillas que hay. Y la sevillana, en origen, también lo es.

De similares hallazgos se nutre este espléndido Retrato Flamenco de Antonio Machado, debido a la invención de Calixto Sánchez, uno de los cantaores más largos que nos alumbran y de los mejor dotados, con su voz brillante y conmovedora. (Aunque a algunos gitanistas les parezca de poca jondura, ¿cómo se medirá eso? Tal vez cuando escuchen este disco, cambien de opinión. Y si no, da lo mismo).

Pero hacía falta algo más. Hacía falta el conocimiento, el que Calixto -hombre culto, no lo olvidemos- ha sabido ponerle a este recrear suyo, por los diversos palos del flamenco, los múltiples registros de Machado. Por bulerías, 'una tarde parda y fría', como buscando el contraste; por romance 'Soria Fría, Soria Pura...', como si surgiera de la emanación de un viejo cantar de gesta; por rumbas, el 'olmo viejo', al que le salen nuevos brotes, inesperado goce primaveral; por nanas, 'todo amor es fantasía', para que nos vayamos acostumbrando a la idea (por cierto, una de las peor comprendidas del poeta); por milongas, los proverbios y cantares; y por chuflas, las sátiras de la muerte de don Guido, claro está.

'Es el mejor de los buenos / quien sabe que en esta vía / todo es cuestión de medía: un poco más, algo menos'. Parece que Calixto se hubiera aplicado la receta de esta redondilla, con las mismas sabias proporciones que utilizó Machado: un metro popular para la solera de un pensamiento. Ahora, un cante flamenco para este sabio cantar. Pero la matriz de todas estas ligazones está en la alta escuela que Machado recibió de su padre, el gran folclorista Demófilo. De él sin duda aprendió a cultivar las delicadas fecundaciones de la literatura del pueblo en la otra; las asonancias entreveradas en la silva (que ya venían de Bécquer), los endecasílabos rimados a modo de cuartetas; el cauce antiguo del romance, no para contar historias, sino para cantar pesares, que viene a ser lo mismo.

Son, en fin, estas feraces conjunciones las que han hecho posible que Calixto Sánchez encontrara el camino para este disco, como haciéndolo al andar de su propio compás, el que ya estaba en el embrión de las letras machadianas. Sólo así, andando y andando, la gente acabará diciendo 'como dice Calixto', en lugar de 'como dice Machado'. 'Procura tú que tus coplas / vayan al pueblo a parar, / aunque dejen de ser tuyas / para ser de los demás', aconsejaba también el mayor de los hermanos, Machado el otro, cuando todavía estaba de la parte del pueblo.

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