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El ex gerente de Parcemasa niega su participación en las cremaciones ilegales

Oliva achaca la acusación de un trabajador a 'una venganza'

El ex gerente de Parcemasa, Juan Oliva, negó ayer su participación en el fraude de las funerarias, en el que se investigan unas 3.000 cremaciones ilegales y la entrega a las familias de cenizas que no eran de sus difuntos. Oliva achacó la acusación del trabajador que el día anterior declaró que la idea de la estafa partió del ex gerente a 'una venganza' del empleado porque fue despedido tras confirmarse las irregularidades. El ex directivo recordó que fue él quien denuncíó el fraude ante la policía.

Oliva declaró como imputado de los delitos de falsedad documental, estafa, contra el respeto de los difuntos y contra los consumidores. El día anterior, Francisco Yepes -el trabajador que hizo las cremaciones ilegales en la empresa que gestiona el cementerio- dijo ante el juez que Oliva no sólo estaba al tanto de las irregularidades sino que 'la idea partió de él'.

Fue precisamente el testimonio de este ex empleado y el del gerente de una funeraria en cuya casa se encontraron restos de unos 50 cadáveres, los que llevaron en octubre a la Audiencia a suspender el juicio y remitir la causa al juzgado de instrucción para que citara como imputados a Oliva y al director de servicios de Parcemasa, Francisco Peralta, quienes habían sido sobreseídos.

El ex gerente reiteró ayer su inocencia, recordó que fue él quien denunció las irregularidades a la policía, que contrató un detective para reunir pruebas y que también fue él quien solicitó el listado de cremaciones a los cementerios de Sevilla y Marbella, información que demostró que las incineraciones no se habían hecho en esas ciudades, sino de forma clandestina en Parcemasa.

Como en esta necrópolis la tarifa rondaba las 70.000 pesetas, las familias optaban por hacerlas en otras ciudades donde costaban unas 20.000 pesetas. El fraude consistió en que a los familiares se les cobraba la cremación y el transporte a otra localidad, pero en realidad las funerarias pagaban 10.000 pesetas y las hacían en Parcemasa de noche y sin control de la empresa. Según Yepes, él se quedaba con la mitad de esta tarifa extraoficial y las otras 5.000 las dejaba 'en un sobre' para los directivos. Oliva dijo ayer que lo que dejaba en el sobre 'no era dinero, sino la orden de trabajo firmada'.

Peralta también negó haber recibido dinero de nadie, interpretó la acusación de Yepes como una 'venganza' y dijo que era 'imposible' que Oliva o él vulneraran los controles para hacer operaciones irregulares.

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