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Entrevista:JULIÁN AJENJO | Sección de derechos humanos del Colegio de Abogados

'Defender los derechos humanos es tan urgente como hace 50 años'

Reconoce que su propósito es utópico: que no haya que defender los derechos humanos porque, sencillamente, no se vulneren. Tiene 28 años, es abogado desde hace cinco y acumula militancia pacifista desde la adolescencia. Su compromiso le ha servido para impulsar la creación de la sección de derechos humanos en el Colegio de Abogados.

Pregunta. 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. ¿Dónde hay que poner el acento?

Respuesta. En la educación en valores, en la lucha contra la violencia en todas sus formas, en la concienciación sobre el derecho a la vida y a la dignidad. La carta de Derechos Fundamentales que la ONU aprobó hace medio siglo necesita hoy una defensa tan urgente como entonces.

'El compromiso por la paz debe estar por encima de los intereses de partidos políticos'

P. ¿No hemos avanzado?

R. Mucho menos de lo que correspondería. Se producen paradojas escandalosas, no hay más que ver lo que ocurre con el tema de los malos tratos en el ámbito familiar.

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P. ¿La sección de derechos humanos del Colegio se va a comprometer abiertamente en esa causa?

R. Lo hemos hecho. El voluntariado en Quart de Poblet es prueba de ello. Pero tenemos otros proyectos. Uno de ellos es un teléfono de ayuda a las víctimas de la violencia y otro, en el que vamos a instar a la consejería, es la sección de orientación jurídica a la mujer, al igual que existe en menores y extranjería. Tras evaluar la situación, dedicaremos el 2002 a la mujer.

P. ¿Por qué?

R. Porque la mujer tiene mucha información pero necesita educación y, sobre todo, que sienta que los recursos están cerca de ella. Queremos acercarnos a los municipios, que es la administración más próxima a la que recurrir y la que tiene un retrato a pie de calle. Pretendemos realizar unas jornadas para debatir porqué este año repetimos una dramática estadística de más de 50 mujeres asesinadas en España a manos de sus compañeros. La igualdad no es un hecho, la visión femenina de la vida no se ha incorporado. Si no, no veríamos sentencias escandalosas, ni las mujeres cobrarían menos que los hombres que hacen su mismo trabajo. Veríamos más mujeres en puestos de poder, porque están preparadas para ello. Hemos incorporado los eslóganes pero no la práctica. Como sociedad, hemos cedido el terreno justo en el ámbito laboral pero no en el íntimo. La discriminación por razón de sexo es real y es una vulneración de los derechos fundamentales que no podemos permitirnos. Necesitaremos generaciones para cambiar. Actuemos cuanto antes.

P. Desde Euskadi les han pedido colaboración en unas jornadas sobre derechos humanos y terrorismo. ¿Cuál se su contribución?

R. Vamos a analizar el terrorismo de ETA tratando de impulsar el diálogo y de recordar que ninguna vida está por encima de una idea y que el compromiso por la paz tiene que estar al margen de intereses de partido, que es lo que ahora ocurre. Abordaremos también el terrorismo internacional, esa globalización del terrorismo sobre la que no se debe actuar con detenciones arbitrarias que no garanticen el derecho a la defensa ni con tribunales militares. Eso es un serio peligro.

P. ¿Qué papel pueden hacer los abogados en estos conflictos?

R. Somos profesionales que trabajamos por dinero pero que tenemos una materia que nos obliga a un compromiso ético. Tenemos que devolverle a la sociedad lo que nos da y la mejor contribución es velar, de forma activa, por los pilares fundamentales, los derechos. Vivimos un momento en el que los valores se están perdiendo. Es tarea de todos que los recuperemos, desde la educación, a la política pasando por la justicia.

P. Una realidad cercana al letrato es la que se vive en las prisiones. ¿Se vulneran derechos fundamentales en las cárceles?

R. Sí. Estamos elaborando un informe sobre ello. En las prisiones se vive una situación de tensión porque los funcionarios tienen problemas, porque la administración no presta la suficiente atención a los servicios que se reclaman para que realmente sirva para reeducar, y porque el control sobre las actuaciones es muy escaso.

P. ¿El objetivo de la sección de derechos humanos tendrá eco?

R. Cuando la propusimos en una asamblea, nos dijeron que estábamos locos. Para mí fue el síntoma claro de la urgencia de dinamizar el compromiso, pero más cerca de la sociedad y lo más alejado de intereses de partido. La ONU ha sido víctima de eso en ocasiones. Defendiendo los derechos humanos nos defendemos a cada uno de nosotros.

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