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Un hombre de 32 años, asesinado a golpes y de tres puñaladas en Puente de Vallecas

La policía investiga entre personas cercanas a la víctima, que tenía antecedentes por robo

F. Javier Barroso

Santiago Coronado Gómez, un vecino de Entrevías de 32 años, murió ayer asesinado de tres puñaladas y tras recibir varios golpes en la cabeza. La víctima, que fue encontrada por una transeúnte junto a una cancha de baloncesto de Puente de Vallecas una hora después de su fallecimiento, tenía antecedentes por robo, hurto y tráfico de drogas, según informó un portavoz policial. Los agentes del Grupo de Homicidios investigan entre personas cercanas a Coronado, ya que el móvil más probable del crimen es un ajuste de cuentas por tráfico de drogas a pequeña escala.

El cadáver de Coronado Gómez fue hallado junto a una cancha de baloncesto en el número 21 de la calle de la Imagen, en el barrio vallecano de Entrevías. El fallecido estaba caído boca abajo, lo que hizo pensar a varias personas que pasaron por la zona que se trataba de un mendigo que estaba durmiendo en el suelo. Sin embargo, una mujer que acudía a limpiar unos portales en una calle próxima se dio cuenta de que no se movía, por lo que decidió avisar a la policía.

Al lugar también acudió una UVI del Samur-Protección Civil, cuyo médico observó que la víctima presentaba tres heridas por arma blanca (una en el pecho y dos en la espalda) y varios golpes en la cabeza producidos por un objeto contundente. Al comprobar que Coronado había muerto hacía tiempo, sólo certificó el óbito, según un portavoz de este servicio de emergencias.

Los agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía y de la comisaría de Puente de Vallecas se hicieron cargo de las investigaciones. Comprobaron que la víctima, que vestía un mono azul de trabajo, no había muerto en el lugar donde fue encontrada. Un reguero de sangre señalaba que había sido llevada hasta el lugar desde un solar cercano, situado en el número 26 de la calle de la Imagen.

La policía recogió en un parque próximo al lugar de los hechos una piedra ensangrentada de unos 25 centímetros de diámetro. También se llevó unos plásticos que había por la zona y una papelera con restos de sangre que había en una parada de autobús. Los investigadores preguntaron a los vecinos y testigos si habían visto a cabezas rapadas por la zona, ya que la víctima tenía la piel muy morena. Todos negaron este extremo. 'El barrio, en general, es muy tranquilo. De vez en cuando se ve a gente pasar droga y a toxicómanos que vienen a comprar, pero no se dan problemas en esta zona', comentó una vecina de la calle de la Imagen.

La policía baraja como hipótesis más probable del homicidio el ajuste de cuentas por tráfico de estupefacientes a pequeña escala. La vecina de la vivienda colindante a la de la víctima, que vivía en la calle de García Llamas (a unos 100 metros del lugar del homicidio), señaló a Efe Televisión que había encontrado a Coronado 'raro' en los últimos días y que éste tenía problemas económicos. El fallecido le dijo que deseaba poder atender a su compañera y al hijo de ésta, pero que 'se sentía desesperado' por la falta de dinero, añadió la vecina.

Coronado convivió con su madre hasta que ésta falleció hace unos años. Él, que siempre había vivido en Puente de Vallecas, se quedó con la casa, que era de alquiler. Era el menor de cuatro hermanos y carecía de trabajo fijo. 'Teníamos poco trato. Venía cada seis meses, pasaba el fin de semana en casa y después se marchaba. Cuando te localizaba, siempre era para pedir dinero para arreglar sus temas', contó Adolfo, uno de sus hermanos.

El fallecido consumía habitualmente todo tipo de drogas, según sus hermanos, que intentaron desengancharle de su adicción. Adolfo lo empleó durante un mes en su empresa de construcción, pero, tras sufrir un accidente laboral, Santiago abandonó el trabajo.

El PSOE pide más policía

La muerte de Coronado eleva a 90 el número de homicidios que se han registrado en la región desde principios de año, lo que supone más del doble de los 43 asesinatos que hubo en 2000. La Federación Socialista Madrileña (FSM) criticó ayer la reducción del número de policías que ha sufrido la región en los últimos años. El Gobierno, en respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada socialista Rosa Blanco, informó el pasado julio de que el número de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía destinados en la Comunidad de Madrid ha descendido en un 12,7% en los últimos siete años, al pasar de 7.985 agentes en 1995 a los 6.977 actuales.

El portavoz de Juventud del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid, Óscar Iglesias, protestó por la falta de actuaciones concretas del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, y del delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui. 'En Madrid hay miedo en las calles', según Iglesias, 'porque se siente la impunidad que existe para cometer cualquier delito'. 'Exigimos al Gobierno del PP 4.000 policías más, de otro modo es imposible garantizar la seguridad ciudadana y combatir la delincuencia', dijo.

Un policía recoge un plástico en la zona del crimen.
Un policía recoge un plástico en la zona del crimen.C. ÁLVAREZ

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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