La extraña historia de un agujero

Unas semanas después de que un lunático llamara anunciando la inminente colisión de un artefacto contra el polígono industrial de El Serrallo; días después de que un temporal se tragara la escollera del muelle de Levante; y unas horas después de que aparecieran, al excavar en las obras del futuro aparcamiento de unos multicines del puerto, lo que parecen restos de una torre cuya construcción fue encargada por Felipe II cae, desde el cielo y sobre El Grau de Castellón, un objeto no identificado. A un centenar de metros de una refinería, una central térmica y una planta petroquímica, la piedra, o lo que sea, aterriza sobre un acequia, deja un cráter de perfecto círculo y desaparece bajo las aguas.

Decenas de personas se acercaron ayer a la maloliente acequia por curiosidad pero también, porqué no, para exponer sus teorías. 'Es una farsa', decía uno. 'Seguro que ocultan algo', aseguraba un seguidor de Expediente X en referencia a las autoridades. 'Si pesara tanto hubiera salpicado de agua y barro todos los alrededores', mantenía una mujer con sentido práctico. Algo común a quienes piensan que realmente cayó algo que aún no ha sido descubierto es la fortuna de este distrito marítimo castellonense por que haya sido una acequia y no un depósito el lugar donde la calificada de 'materia inerte de origen desconocido' haya decidido tomar contacto con la tierra.

Josep Maria Trigo, experto en meteoritos, insiste en que 'algo' provocó el cráter en la acequia. Después de descartar un peligro por radioactividad o explosión, una excavadora extrajo en la noche del miércoles kilos de fango. Ahora serán cribados, ya que se sospecha que los restos del algo podrían estar disueltos en el lodo. Un equipo integrado por el propio Trigo, miembro de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, el doctor Jesús Martínez Trías, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el catedrático Jordi Llorca, del departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Barcelona, realizará las tareas de examen.

Esta red asegura que sobre la tierra se deposita a diario una gran cantidad de materia procedente del espacio de la que, la mayoría, llega de manera desapercibida en forma de partículas de polvo. En el caso de otros objetos mayores, los meteoritos, la recolección está al alcance de cualquiera, según aseguran los miembros de este colectivo investigador. Además, su localización, según dicen, 'es muy importante puesto que pueden contener información única muy valiosa' y su estudio permite conocer con detalle muchos de los acontecimientos que tuvieron lugar incluso antes de la aparición del sistema solar en el universo.

Así, el planetario de Castellón alberga desde julio una exposición con 40 meteoritos reales y certificados en lo que constituye la primera oportunidad para los castellonenses de contemplar, por ejemplo, uno de estos fragmentos metalizados que pesa más de 67 kilos. Y, además, la provincia fue, en 1999, escenario de un bólido, el llamado Columbretes, durante la tormenta de leónidas que tuvo lugar en noviembre.

Ayer la excavadora encargada por la brigada municipal de obras de la extracción dio por finalizados los trabajos sin haber encontrado en el lugar nada más que una mezcla pastosa de barro y cascotes. Los expertos dan por cierto que no se trata de una broma y que fue un objeto pesado lo que cayó en el lugar. Llueven piedras, lo que faltaba.