Unos mil taxistas se manifiestan en Málaga para exigir más seguridad

Málaga se quedó ayer prácticamente sin taxis. Cerca de mil trabajadores -de las 1.324 licencias que hay en la capital- realizaron a lo largo de la jornada dos concentraciones y una manifestación para exigir más seguridad para el sector. El detonante fue el disparo que la noche anterior recibió un compañero por parte de un joven que le sustrajo unas 5.000 pesetas. El trabajador permanece ingresado en el hospital Carlos Haya, estable dentro de la gravedad, ya que tuvo que ser operado porque la bala le dañó el hígado y el estómago.

El malestar de los taxistas era patente porque en febrero murió un compañero tras ser herido con un arma blanca también para atracarle. Ayer, los representantes del colectivo denunciaron que tras aquella muerte 'sólo se aumentó la presencia policial diez días' y reclamaron mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad, aumento de agentes en las calles y subvenciones para la compra de mamparas o vehículos más amplios que permitan aislar al conductor de los pasajeros.

Las protestas comenzaron temprano. Primero, ante el hospital para expresar su apoyo al compañero; después se congregaron en una explanada ubicada a unos dos kilómetros del centro y desde allí se dirigieron en caravana hacia las sedes de la Delegación de Gobierno de la Junta, el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno. La marcha, en la que participaron unos mil taxistas, iba encabezada por una veintena de vehículos. Ayer los compañeros del trabajador hospitalizado explicaron que su agresor le disparó pese a que se disponía a darle la recaudación. Ya herido condujo casi un kilómetro hasta una parada donde fue auxiliado por otro taxista.