La alta facturación de los supermercados de arte constata su consolidación

Es una fórmula nacida hace ahora 18 años en Barcelona. Consiste en vender obras de arte originales a precio asequible de forma parecida a como se venden los productos del supermercado. Se seleccionan una serie de artistas de los que se presentan, envasadas, un conjunto de obras. El cliente va, mira la oferta y coge lo que le gusta de la estantería. Son los supermercados de arte que, con nombres distintos, proliferan cada vez más. En Barcelona, los tres más grandes reconocen que su facturación es millonaria y la idea se ha extendido a otras ciudades con similar éxito.

La furia consumista de las Navidades ayuda, como saben muy bien algunas galerías de arte que suelen aprovechar para presentar exposiciones colectivas de pequeño formato para animar las compras.

Los organizadores del más joven de estos grandes supermercados, Bazart, reconocen que en 2000 facturaron un total de 484 millones de pesetas en las dos giras, una europea y otra francesa, que realizaron a lo largo del año. En este caso, se trata de un proyecto que dura todo el año, gestionado por un equipo de cuatro personas y diseñado por una agencia de publicidad, que organiza giras en Barcelona, París -en donde se llegaron a recaudar 159 millones en la pasada edición que duró cuatro meses-, Amsterdam, Berlín, Burdeos y otras ciudades francesas. En Barcelona, en donde llevan seis años, se instalan en la sala de exposiciones de El Corte Inglés del Portal de l'Àngel -que cede el espacio a cambio de un porcentaje de las ventas- y están más que satisfechos de los resultados que obtienen.

El creador de Bazart, Dominic Campillo, no tienen ningún inconveniente en reconocer que se limitaron a copiar y exportar el invento del Supermerc'art que hace 18 años se inventó Jean-Pierre Guillemot, francés afincado en Barcelona. Tras su muerte en 1990, sus colaboradores se escindieron y, tras algunas disputas por el nombre y la idea, montaron proyectos paralelos: uno es el Hipermerc'art, organizado por la galería Safia, que dirigen Natàlia Foguet y Àngels García, y que está instalado en la Sala Vinçon de Barcelona; el otro es el Supermercado del Arte, organizado por la empresa American Prints, dirigida por Fernando y Jorge Alcolea, y situado en el local de esta empresa en la calle de Calvet de Barcelona.

Los dos han anunciado que este año cumplen su 18º aniversario y los dos mantienen una estética, con carrito de supermercado incluido, muy parecida.

El Supermercado del Arte se ha extendido también a Madrid, Málaga, Zaragoza, Sevilla, Bilbao y A Coruña, con lo que la oferta global que ofrece este año es de unos 30.000 originales a la venta ya que se han seleccionado unos 400 artistas que presentan una media de 75 obras cada uno. Su director artístico, Jordi Marsal, desconoce la facturación global, pero reconoce que suele venderse una tercera parte de las obras expuestas, cuyo precio oscila entre 12.990 pesetas y 32.990 pesetas. A grandes rasgos, y contando el precio más bajo, la facturación superaría así los 130 millones de pesetas.

El caso del Hipermerc'art es diferente ya que sólo se organiza en Barcelona y sus responsables, aunque han organizado otras exposiciones en lugares poco habituales, como restaurantes o centros comerciales, se reconocen escarmentados por sus intentos de expansión. 'Los de Bazart al principio vinieron a pedirnos asesoría, pero después se lanzaron en solitario, y nos ha pasado algo parecido con colaboraciones que hemos realizados en Inglaterra o Alemania', afirman. 'Además, tenemos un criterio muy estricto de selección y no nos interesa desgastar a los artistas'.

Precios

En la Sala Vinçon presentan una selección de 53 artistas que exhiben unas 60 piezas cada uno. Los precios oscilan entre 6.995 pesetas y 28.995 pesetas según el tamaño y el artista. Aseguran vender entre 800 y 1.200 obras en cada campaña y calculan que la facturación media es de unos 25 millones de pesetas.

En los tres casos afirman que el trato consiste en que el artista se quede la mitad de la venta y la organización, que corre con los gastos de promoción y montaje, la otra mitad. Los artistas, en general, están contentos ya que suele suponerles un ingreso importante en un sector en el que resulta difícil ganarse bien la vida, pero no suelen durar más de tres o cuatro años en este tipo de proyectos, bien porque los organizadores ya no les seleccionan, porque han encontrado una galería que les impide la participación o bien porque se desgastan al tener que realizar tanta obra en formatos muy marcados.

Los más vendidos, en los tres espacios comerciales, son los artistas que hacen pintura figurativa en sus diferentes tendencias, ya que, en general, el público no habituado a las exposiciones o las galerías sigue teniendo dificultades a la hora de aceptar la abstracción, y no digamos ya los nuevos medios artísticos contemporáneos.

La escultura, incorporada en fechas más recientes en el Supermercado del Arte y el Hipermerc'art, y la fotografía, sólo en el segundo, atraen menos a los compradores que la pintura.