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Reportaje:

Los padres 'huérfanos'

Varias familias que perdieron a sus hijos crean un grupo para ayudarse

Varias familias granadinas que perdieron a sus hijos crean un grupo para ayudarse

'Cuando muere tu marido, te conviertes en viuda. Cuando mueren tus padres, te conviertes en huérfana. Pero ¿qué eres si pierdes un hijo? Para la pérdida de un hijo no hay palabras que te definan'. Eso fue lo que le sucedió a Paqui López, a la que un accidente de tráfico arrebató a su hijo José Luis Suescun con 23 años. Ella ha decidido ahora compartir su dolor con personas que comprendan todo el drama que han de vivir. Como Ana María Mesa, o Gregorio Ruiz y su mujer, Isabel. Todos ellos han decidido crear en Granada un grupo de apoyo en el que hablar y ayudarse mutuamente. Son los padres huérfanos.

Gregorio Ruiz e Isabel Rivero estuvieron hace dos años en todas las televisiones de España. Su hijo Mario, un estudiante granadino de Arte Dramático que vivía en Sevilla, desapareció una noche al salir de la bocadillería donde trabajaba. Durante meses fue un desaparecido. Hasta que se encontraron sus restos en un pantano de Córdoba.

'Pero para nuestro grupo, para nuestra asociación, no es importante el modo en que hayan muerto nuestros hijos, si asesinados, o en un accidente, o por suicidio. Lo importante es que los hemos perdido, y que unos podemos ayudarnos a otros para sobrellevar el dolor'.

Cada quince días, el grupo, integrado por ahora por ocho personas, se reúne en un centro de Granada, en donde cuentan sus recuerdos y comparten sus experiencias. Han descubierto que exteriorizando su dolor, éste se hace más soportable.

La idea surgió cuando Isabel Rivero conoció a Ana María Mesa, que había perdido a su hija Anabel Martín, de 22 años, en accidente de tráfico. Ambas acudían a una psicóloga que les explicaba cómo era todo el proceso que iba a experimentar. 'Y aunque la psicóloga nos ayudaba muchísimo', dice Isabel Rivero, 'vimos que nadie podía entendernos también como alguien que hubiese pasado por lo mismo que nosotros, así que decidimos empezar a reunirnos'.

Ana María Mesa dice que todos han aprendido a llevar 'el dolor con dignidad'. 'La pena está ahí siempre', dice, 'pero deja de darte punzadas para convertirse en una tristeza, en una melancolía'.

'De lo que nos hemos dado cuenta', dice Isabel Rivero, 'es que debemos sacar algo en positivo de todo este sufrimiento, de que debemos darle la vuelta al dolor para que nos quede algo positivo'. Ese algo positivo es la forma en que el mundo ha cambiado radicalmente para quienes son padres huérfanos de hijos. 'Dejas de prestarle atención al tener, al querer cosas, al consumir, para valorar otros aspectos, ayudar a los demás'. Así, Paqui López dedica hoy todos sus esfuerzos a crear una fundación con el nombre de su hijo para acoger niños. Ana María Mesa ha volcado toda su atención en su otra hija. Gregorio e Isabel no dejan de cogerse de la mano.

Recomponer los pedazos

El color de aquel suéter. El 'hasta luego'. El gesto cotidiano que, de pronto, se convirtió en el último gesto es lo que más insistentemente se ha quedado en la memoria de los padres que han perdido a un hijo: La última imagen que vieron de él. En eso todos coinciden. 'Mario vivía en Sevilla y lo que más recuerdo es su abrazo en el andén de la estación de Granada', dice Gregorio Ruiz. 'Yo aún veo a mi hija Anabel con su suéter'. El grupo de padres no tiene nombre, ni tampoco tiene intención de convertirse en una asociación oficial. 'Habría que hacer unos estatutos y pagar unas cuotas, y nosotros no estamos para eso, estamos para escucharnos y ayudarnos unos a otros', explica Gregorio Ruiz. Todos saben muy bien cómo ayudar a padres que hayan sufrido recientemente la pérdida de un hijo, todo el proceso doloroso. 'Al principio te sientes muy culpable', dice Paqui López. 'Te reprochas el porqué dejaste que cogiera el coche, cosas así, hasta que al final te das cuenta de que sentirte culpable no tiene ningún sentido'. Ni siquiera el querer saber quien o quiénes fueron los asesinos de Mario Ruiz, un caso misterioso que aún sigue sin resolverse. '¿Y para qué vamos a dedicar nuestras fuerzas en buscar a un asesino, en alimentar odio?', dice Gregorio Ruiz. 'El odio lo único que hace es destruirte a tí, no destruir a quien odias'. Tan sólo hay dos asociaciones similares a este grupo de Granada en toda España, una en Barcelona y otra en Murcia. Lo que los padres buscan, sobre todo, es comunicar su dolor, su pena y sus recuerdos. 'Sabemos que hay muchos padres en Andalucía que están en la misma situación que nosotros', explica Ana María Mesa. 'Deberían saber que es bueno reunirse en sus ciudades con personas que hayan pasado por el mismo trance. A nosotros las reuniones nos están haciendo mucho bien'. Perder a un hijo debe ser quizá, uno de las experiencias más terribles del ser humano, que queda hecho añicos. Lo que Paqui López, Ana María Mesa, Gregorio Ruiz e Isabel Rivero hacen en sus reuniones, es ir recogiendo uno a uno todos los pedazos y tratar de recompenerlos. Aunque sepan que es imposible.

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