Dúplex por un equipo joven

A la sombra de Bilbao, Barakaldo está viviendo, con diferencia, la mayor expansión urbanística del País Vasco. Llama la atención que sea la primera localidad en número de viviendas nuevas por concesión de licencia de obras (2.370 en 2000, la cifra más alta de los últimos años en todo el País Vasco, por delante incluso de Vitoria). En este contexto, con la construcción de la nueva Ferias de Muestras y otros once grandes proyectos como telón de fondo, hay que incluir el concurso para la construcción de varios bloques de viviendas en la zona de Lutxana-Munoa, con el fin de ofrecer una resolución atractiva a una de las zonas mejor situadas de toda la orilla del Nervión.

La propuesta ganadora responde a esos planteamientos de edificaciones que ofrezcan una nueva panorámica a una localidad destrozada por el desarrollismo de la segunda mitad del siglo pasado. La noticia es todavía más agradable cuando se conoce que los ganadores son tres jóvenes arquitectos de Vitoria, responsables del estudio Oficina de Arquitectura (O. A.), entre 36 participantes procedentes de todo el país.

Los vitorianos Pablo Ortiz de Zárate (1969), Sergio Araitoarro (1969) y Manuel Vázquez (1968), licenciados por la Universidad de Navarra, presentan una solución que trata de recordar las viviendas unifamiliares en un bloque de pisos compartidos. En palabras del jurado, se ha elegido 'una propuesta profesional y contenida, aún apostando por la tipología del dúplex, que aporta también las seguridades de imágenes urbanas reconocibles en su modernidad'.

El desenlace no era sencillo. El corsé de requisitos indispensables a la hora de diseñar el proyecto (desde los económicos a los burocráticos) dejaba escaso margen de juego a los concursantes. La sociedad municipal Eretza, encargada de convocar el concurso, apostó por unas cláusulas rigurosas en lo que era uno de los escasos concursos públicos para la construcción de bloques de viviendas. Quizás ésta fuese una de las razones de que de los 114 inscritos, sólo 36 presentarán al final su propuesta.

Los tres componentes de O.A. realizaron un miniconcurso entre ellos para llegar a la solución definitiva, que trata de reivindicar las posibilidades del terreno en el que se ubicará el edificio, además de apostar por la dignidad de los edificios de viviendas.

La parcela se encuentra junto a una de las zonas verdes más importantes de la localidad fabril, la finca de Munoa, en una ladera que nace de la antigua carretera a Santurtzi, frente a la estación de Lutxana. En donde ahora hay pequeños huertos para entretenimiento de jubilados, O. A. ha planeado tres bloques que ofrecen una resolución muy alejada de la vivienda de protección oficial tradicional.

Cada edificio cuenta con planta baja, seis plantas y ático, y tanto los dúplex como los apartamentos se orientan al este y al oeste, es decir, a la Ría y al parque que domina la ladera. En las viviendas, con planta en forma de L, se ha jugado con una terraza que tiene la altura de los dos pisos del dúplex, mientras que el salón pasa a ser la estancia central, a la que se accede después de pasar por la primera planta en la que se ubica la cocina y un aseo. Estas dos dependencias están dispuestas junto a los elementos de comunicación (ascensores, escaleras, conducción de agua y electricidad), con el fin de amortiguar los ruidos en las zonas de descanso.

Además, para la estancia principal, se ha buscado una planta cuadrada, frente a la habitual disposición en forma de tubo.

La señalada doble altura de las terrazas marcará el impacto visual de los tres edificios, que se alejan de este modo de la tipografía habitual en las construcciones de sus alrededores. Además, el contraste entre las fachadas de las viviendas, en el centro, con las de los apartamentos que las flanquean, aporta otra nota de distinción a estas construcciones.

Los tres arquitectos vitorianos llevan cuatro años con su estudio, desde el que han participado en concursos al mismo tiempo que afrontaban pequeños encargos locales. En el primer apartado, han obtenido algunos reconocimientos, como la mención en el concurso de viviendas bioclimáticas de Ibaiondo, en Vitoria, o el encargo de la rehabilitación del Ayuntamiento de Labastida. En todos sus proyectos, este estudio apuesta por la sencillez, con espacios limpios y pocos materiales, entre los que dominan la madera y el vidrio.

Aunque no hay noticias de nuevos concursos, el arquitecto Javier Muñoz, responsable de la coordinación de la sociedad Eretza y miembro del jurado, apuesta por la convocatoria de estos certámenes, con el fin de impulsar la participación de equipos jóvenes de arquitectos en el diseño de la localidad.