Idilio entre coreógrafos y compositores
La bailarina Laura Kumin incita a autores de danza y música a improvisar en un taller que les obliga a trabajar en común
Un taller organizado por la bailarina estadounidense Laura Kumin tiene a ocho coreógrafos y otros tantos compositores musicales conviviendo en el Círculo de Bellas Artes por las mañanas y en el Conservatorio Profesional de Danza por las tardes. Los creadores de baile y de música están compartiendo sus miras como suelen hacerlo en los montajes de danza, pero sin el apremio de una fecha de estreno, un productor con prisas ni un tema establecido casi por decreto. Trabajan repartidos en parejas: un compositor y una coreógrafa, porque el azar ha querido que los ocho compositores que se presentaron sean hombres, y las ocho coreógrafas, mujeres.
El Taller de Coreografía y Composición Musical comenzó a gestarse hace un par de años. 'Conocí a un compositor joven y le pregunté por qué no hay más música original en la danza', recuerda Kumin, que creía que la causa era económica. Pero no. 'El joven compositor me sacó del error diciéndome que el problema era que compositores y coreógrafos no se conocían', añade. La bailarina comenzó a investigar y viajó hasta Londres, donde esta pareja de hecho está más asumida. En la capital inglesa encontró la inspiración del taller que imparte ahora con la complicidad de la Fundación Autor.
'La intención es que los participantes hablen un mismo lenguaje, sin la presión de tener que presentar un resultado ni buscar el éxito', explicó el lunes Laura Kumin, durante el estreno del curso. Hasta el 1 de diciembre, 16 profesionales de las corcheas y los pasos de baile tratarán de extraerle el jugo a un emparejamiento tan prometedor como poco frecuentado. 'Hoy [por el lunes] ha sido el principio de la parte práctica y cada uno se ha presentado sin palabras, con una composición de un minuto, musical o de danza', comentó la propulsora.
La coreógrafa Arancha Sagardoy y el compositor Isaac Garabatos forman dúo improvisado en el taller. Arancha, una manchega de 30 años que vive a caballo entre Valencia y Tarragona, supo del curso al participar en el último Certamen Coreográfico de Madrid. Pensó que las lecciones de Laura Kumin y su equipo podrían irle que ni pintadas para el proyecto embrionario que mantiene en Valencia 'con tres percusionistas y un chico indio'. 'Estamos haciendo la música y la coreografía al mismo tiempo y creí que este taller nos vendría bien', dice. Su pareja creativa del taller, el vigués Isaac Garabatos, de 26 años, toca la guitarra española y sobrevive gracias a la docencia y a la composición de música para la tele y el teatro. 'Vi el anuncio hace muchos meses en El PAÍS y me decidí a venir a Madrid para experimentar', cuenta. A Isaac le resulta 'muy interesante enfrentar dos lenguajes tan diferentes, que pocas veces llegan a entenderse'. Lo habitual es 'que el compositor haga una música y el coreógrafo le ponga los movimientos que le sugiere esa música o, al revés, que el coreógrafo tenga una idea clara y el músico trate de adaptarse', explica.
Ahora, Laura Kumin, que cuenta con el apoyo docente de Gill Clarke, en el baile, y Chris Best, en la música, les ha brindado una oportunidad nueva: que uno y otro empiecen desde cero. Y las posibilidades de ese idilio son infinitas. Arancha e Isaac confesaron, por separado, lo provechoso del encuentro del lunes.
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