Las izquierdas escenifican con el pacto de autogobierno su alternativa a Pujol

Las izquierdas catalanas exhibieron ayer el acuerdo que han suscrito sobre el autogobierno como un paso importante para la colaboración futura con la mirada puesta en 2003, el año previsto para las próximas elecciones autonómicas. Diputados del Partit dels Socialistes-Ciutadans pel Canvi, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya-Verds escenificaron su alternativa en la presentación conjunta del 'importantísimo acuerdo', en palabras del diputado de ERC Joan Ridao, que han alcanzado para elevar el autogobierno de Cataluña a través de más de 50 propuestas que incluyen la reforma de la Constitución y del Estatut.

El valor simbólico del pacto, que va más allá del autogobierno y prefigura una futura alianza de las izquierdas, fue reconocido incluso por el portavoz del grupo parlamentario de Convergència i Unió (CiU), Ramon Camp, aunque éste lo expresó a modo de reproche: 'Tengo la impresión de que [los grupos de izquierda] trabajan más para imágenes electorales de futuro que para el autogobierno', aseguró Camp tras mostrar su enfado por la participación de ERC en el pacto.

Los grupos de izquierda, que han alcanzado un pacto tras cinco meses de negociación, entregaron ayer su documento en la comisión parlamentaria del autogobierno, cuyo contenido fue objeto de las descalificaciones de CiU y del Partido Popular.

Tras la comisión, que proseguirá sus trabajos en el mes de febrero, los diputados Josep M. Vallès, del PSC-Ciutadans pel Canvi; Ridao, de ERC, y Ribó, de Iniciativa-Verds, comparecieron exultantes para presentar el acuerdo y subrayar su valor simbólico: 'Podemos ir extendiendo esta forma de trabajar a otros ámbitos', dijo Vallès. Y Ribó añadió que en este proceso la 'izquierda plural' ha trabajado de hecho como si ya gobernara.

El mero hecho de suscribir el acuerdo ha dejado a CiU en una posición incómoda precisamente en un asunto tan sensible para la coalición como el autogobierno, donde ahora queda a expensas del PP. Ayer, los grupos de izquierda pidieron a CiU que se sume al acuerdo, pero Ramon Camp ya insinuó que Convergència, que depende del apoyo parlamentario del PP, se mantendrá al margen.

En 1999 Pujol fue investido presidente de la Generalitat con los votos del PP con el compromiso de no promover ninguna reforma de la Constitución ni del Estatut, pero ayer Camp dio un argumento distinto para justificar su probable rechazo al documento de la izquierda. '¡Nosotros no aceptamos ninguna rebaja y este documento ha sido rebajado por el PSOE!', exclamó Camp, en alusión al menor número de reformas constitucionales que el documento exige con respecto a borradores anteriores.

Camp centró su enojo en la actitud de ERC, a lo que también se sumó el Partido Popular. La portavoz parlamentaria del PP, Dolors Nadal, afirmó tras la comisión: 'Al leer el documento, una no sabe si el señor Rodríguez Zapatero se acerca a ERC o bien si ERC es la que en realidad se acerca al señor Rodríguez Ibarra.