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Reportaje:

En el nombre de la madre

Francia reconoce al hijo de una violada como víctima de la guerra de Argelia

Un tribunal francés ha reconocido el derecho a una pensión a Mohamed Garne, de 41 años, nacido de la violación de su madre por soldados franceses durante la guerra de Argelia. Se trata de un gesto de alto poder simbólico, si bien las paradojas del derecho hacen que se reconozca como víctima al hijo y no a la madre, que se vio golpeada, violada y tratada como una esclava.

Su aspecto es el de una persona muy humilde, que mide el peso de cada palabra. 'Yo no hago esto por mí, sino por mi madre', afirma Mohamed. La mujer que le trajo al mundo se llama Khéïra. Contaba 15 años al ser detenida, en agosto de 1959, cuando trataba de escapar a un combate entre independentistas argelinos y tropas francesas. Era esposa -forzada- de un militante del Frente de Liberación de Argelia (FLN) y fue tratada como parte del enemigo. Los soldados le internaron en uno de los campos para civiles, donde sufrió torturas y violaciones.

'Mi madre perdió la razón cuando los soldados la trataron como a una esclava', afirma Mohamed

De una de ellas nació Mohamed. Separado pronto de la madre, su vida de niño y de adolescente discurrió entre un orfanato y una familia adoptiva. Tenía ya 26 años cuando empezó las pesquisas para averiguar qué había sido de su madre. Las circunstancias y el lugar en que la encontró resultan especialmente chocantes: Khéïra vivía en una cueva, dentro del recinto de un cementerio próximo a Argel. En el primer encuentro le recibió con un hacha en la mano, como hacía con cualquiera que se le acercara.

En los siguientes, Mohamed le pidió que le reconociera legalmente. Durante los trámites ante un tribunal argelino, Khéïra fue conminada a decir quién era el padre y confesó que no lo sabía porque la habían violado. El marido, muerto en la guerra, no había tenido descendencia con ninguna de sus otras tres mujeres y el tribunal consideró probado que había sido estéril.

'Mi madre perdió la razón cuando los soldados la trataron como a una esclava', dice Mohamed. Para que no se descubriera el embarazo, el grupo que la violaba trató de hacerle abortar a base de golpes. Los sufrimientos fetales sufridos han sido decisivos para que se reconozca a Mohamed una pensión de invalidez como víctima de la guerra de Argelia.

El Estado, representado por un funcionario del Ministerio de Defensa, no intentó desacreditar la tesis de que Mohamed Garne fuera el fruto de una violación, ni discutió el reconocimiento de la relación entre la madre y el hijo. Pero se opuso a la pensión argumentando que la víctima era la madre. Tal pretensión, sin duda cierta en el fondo, conducía a que no hubiera resarcimiento alguno: los hechos de la guerra de Argelia fueron amnistiados y es casi imposible obtener un reconocimiento de responsabilidad del Estado sobre lo sucedido durante la contienda.

'Mi estrategia consistió en acudir a la jurisdicción especializada que reconoce las pensiones militares', explica Jean-Yves Halimi, el abogado que aceptó llevar el caso después de que lo rechazaran letrados más famosos. 'Como la ley estaba hecha para conceder pensiones a los franceses víctimas del FLN, tuve que dar un rodeo para defender que mi cliente fue víctima directa de la guerra'. No se han planteado dudas sobre la nacionalidad de Mohamed Garne, nacido en la Argelia de 1960, en aquel tiempo uno más de los departamentos de Francia. El tribunal ha denegado que la violación dé derecho a la pensión del hijo, puesto que éste no había nacido cuando se cometió. No obstante, los jueces convienen en que el feto se vio afectado por los malos tratos infligidos a la madre. Mohamed ha estado en tratamiento psiquiátrico.

La pensión concedida es simbólica y limitada a tres años. Pero Mohamed Garne está contento. Tendrá que seguir limpiando las papeleras de unos famosos almacenes de París, pero tiene el apoyo de su mujer y de sus tres hijos, y da por bien empleados los 13 años que ha invertido en conseguir este gesto, por mínimo que sea, del Estado francés.

Mohamed Garne, en París, junto a una valla del cementerio de Pere Lachaise.
Mohamed Garne, en París, junto a una valla del cementerio de Pere Lachaise.DANIEL MORDZINSKI

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