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Crónica:FÚTBOL | 14ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Fin de una racha injusta

La Real Sociedad acaba con la imbatibilidad de un Valencia vulgar

La Real Sociedad acabó ayer con una de las injusticias del campeonato: la imbatibilidad del Valencia. El conjunto dirigido por Benítez no se sostiene ya sobre su escasísima propuesta futbolística, sobre una vulgaridad únicamente válida para contagiar su aburrimiento al rival y de esta forma ir tirando a base de empates. Puro maquillaje. Tan indecorosa fórmula se había repetido ya en ocho ocasiones, ocho empates que servían para homenajear la racanería de un conjunto hasta hace poco divertido.

La Real cortó la ficción del Valencia a base de mucha paciencia y de un pase magistral de De Pedro, el más señalado para romper una defensa de cemento. Justo cuando los donostiarras empezaban a desinflarse y a jugar el no juego del rival, la zurda de De Pedro se inventó una cesión que colocó a Jankauskas en la obligación de marcar. Su gol serenó los nervios de los blanquiazules, que ya se veían en una encerrona y sin demasiados argumentos para sacudirse el ejercicio de hipnotismo del Valencia. Sin un centro del campo visible, éstos se enzarzaron con los centrocampistas locales en una partida surrealista de billar. El balón estuvo más tiempo fuera que dentro del césped, y así hasta que el descanso zanjó la aberrante discusión.

REAL SOCIEDAD 2| VALENCIA 0

Real Sociedad: Alberto; Rekarte, Kvarme, Luiz Alberto,Aranzabal; Xabi Alonso, Aranburu, Tayfun, Khokhlov, De Pedro(Gabilondo min. 58); Jankauskas (De Paula min.84). Valencia: Cañizares; Carboni, Pellegrino, Ayala, Curro Torres; Albelda (Aimar min.70), Marchena, Rufete ( Mista min. 55), Vicente (Kily González min. 23); Juan Sánchez, Alieu. Goles: 1-0 min. 37: Jankauskas recoge un gran pase de De Pedro y bate a Cañizares por bajo. 2-0 min. 65: Jankauskas de penalti. Árbitro: Turienzo Alvarez (comité castellano-leonés). Amonestó a Luiz Alberto, Xabi Alonso, Albelda y Mista. Incidencias: Encuentro disputado en Anoeta ante unos 25.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de un seguidor realista en el último partido de Liga ante el Mallorca.

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Incapaz de cambiar el paso, el Valencia volvió a comparecer como si defendiera un empate. No parecía advertir que el luminoso honraba a Jankauskas. Frente a la incapacidad del centro del campo visitante, la Real propuso el doble pivote formado por Xabi Alonso y Aranburu, incansable en la recuperación del balón y con una gran capacidad para abrir espacios. Con esta pareja, los donostiarras se asomaron por todas partes, casi siempre en contras rápidas y muy bien armadas pero mal definidas por Kokhlov o Jankauskas, justamente los dos jugadores sobre cuya cabeza pende un traspaso en diciembre. El Valencia salió de su ensimismamiento para presionar en el centro del campo y hurgar en los nervios de la Real, muy dada a descomponerse en Anoeta. Los de Benítez jugaban sin argumentos ni lógica, pero al menos corrían lo suficiente para conducir balones trompicados cerca del área de Alberto. En eso estaban cuando un contragolpe fulgurante de la Real murió con un penalti junto a Cañizares. Jankauskas certificó ahí mismo el fin de la racha de empates del Valencia. Pura justicia.

Ya sin estrecheces, la Real se abandonó a la dirección de su doble pivote. Aranburu, de 22 años, y Xabi Alonso, que ayer cumplió 20, comparten rasgos similares: seriedad, espíritu de sacrificio, visión de juego y una gran facilidad para mover con criterio el balón. La Real está en sus manos. El Valencia, en cambio, busca un cerebro.

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