Parque Temático de Alicante, ocio o especulación
Negocios inmobiliarios en los alrededores de Terra Mítica
La decisión de construir un gran parque temático en Benidorm fue el primer gran proyecto 'emblemático' del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana. Tras barajar diversas opciones, que iban desde dejar en manos de una multinacional del ocio la construcción del parque o impusarlo directamente desde la administración pública, el Consell optó por esta última que garantizaba su realización inmediata a pesar, incluso, de los riesgos económicos que suponía para las arcas autonómicas. El gobierno valenciano, sin embargo, íntentó disimular su apuesta política con la incorporación de diversos empresarios, algunos de ellos cercanos al Partido Popular. El mensaje quedaba claro: impulso público, financiación privada. Pero pronto se descubrió que algunos de los privados tenían intereses en los alrededores de lo que hoy es Terra Mítica. El primero en quedar al descubierto fue Eliseo Quintanilla, propietario de miles de metros cuadrados pegados al parque. Las sospechas de que detrás de un proyecto dificilmente cuestionable existían otros intereses empezaron a surgir.
Terra Mítica se construyó en un plazo récord. Practicamente a la misma velocidad en que la Sociedad Pública Parque Temático de Alicante comenzaba a acumular deudas -las mayores con el HSBC, el único banco que trabajó con Gescartera durante los nueve años de vida de la agencia de valores- y a expropiar un barrio entero en Alicante, junto al mar, para construir la Ciudad de la Luz, un proyecto difuso por entonces que ahora parece concretado en la Ciudad del Cine. Gran parte del suelo expropiado carecía de uso. Era rústico e hito paisajístico, un terreno baldío que pesaba a sus propietarios: la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Hansa Urbana -promotora participada por la CAM- y un grupo de empresarios. La Administración compró los terrenos e, inmediatamente, como si fuera una consecuencia, surgieron los intereses urbanísticos en el entorno de la Ciudad del Cine que no han cesado desde que se anunció la actuación. Muy cerca hay un campo de golf, El Plantío, que se frota la manos ante el desarrollo de la zona.
Con Terra Mítica ya en marcha la SPTA adjudicó recientemente diversas concesiones para construir hoteles, un centro de alto nivel y un campo de golf en los aledaños de Terra Mítica. Pero tras conocerse los beneficiarios de estas adjudicaciones -entre otras para una de las empresas del constructor Andrés Ballester, consejero de Terra Mítica y de la SPTA- las sospechas volvieron a surgir hasta el extremo de establecer una suerte de silogismo: recalificación de suelo-parque temático-pelotazo urbanístico.
El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante y ex consejero socialista, Martín Sevilla, reflexiona sobre la SPTA: 'Ciertamente los tiempos han cambiado. Las antiguas empresas u organismos públicos relacionados con la industria o instrumentales, se han convertido en empresas del sector servicios y ocultadoras del endeudamiento público'.
Según Sevilla, la sociedad Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o, especialmente, la Sociedad Parque Temático de Alicante, vienen a recuperar el extinto INI franquista con aspectos valencianos, donde la iniciativa privada brilla por su ausencia y donde la principal característica de las mismas es la de operar fuera de los presupuestos públicos desde el punto de vista de su control y contabilización.
La SPTA, como instrumental de los proyectos de Terra Mítica en Benidorm y Ciudad de la Luz en Alicante, se convirtió, ya en 2001, en la empresa pública de la Generalitat de mayor endeudamiento, reconociéndosele en los presupuestos de ese año más de 26.000 millones de pesetas, sin contar las ampliaciones y los avales múltiples que la misma ha conseguido de la Generalitat o de las cajas valencianas. Sin embargo, Sevilla sostiene que la privatización de esta empresa parece ser que no es la principal preocupación del Gobierno del PP. Al parecer, entre sus cometidos también se incluyen tareas más elevadas como son la de las asignaciones a diversas empresas privadas (ésas sí) del entorno de Terra Mítica y de lo que quede de la Ciudad de la Luz.
Tras el diagnóstico, el pronóstico: 'Cuando no haya nada más que extraer por parte de los beneficios privados, no cabe duda que los valencianos tendremos que afrontar el enorme déficit público generado'.
En el polo opuesto, Luis Esteban, presidente de la SPTA, defiende el proyecto del PP como dinamizador y desestacionalizador del turismo valenciano y recalca que todas las adjudicaciones se han realizado con el máximo rigor y transparencia. Sobre las últimas adjudicaciones en la zona de ocio de Terra Mítica, Esteban argumenta que únicamente se presentó un proyecto, el de Cota de las Estrellas, SA, mercantil de Ballester.
'Una vez analizada la propuesta de esta empresa, la SPTA consideró muy positiva la inversión -8.459 millones de pesetas- y los estándares de calidad del proyecto, así como su sujeción a todos los requisitos exigidos en el concurso, por lo que se procedió a la adjudicación.
Esteban resalta el buen ritmo de construcción de los proyectos adjudicados en el entorno del parque. 'Los proyectos del complejo deportivo y el parque de naturaleza están prácticamente concluidos'. Y presume de la futura Ciudad del Cine: 'Será el centro de producción audiovisual más importante y moderno de Europa'.
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