Las Vegas y la feria tecnológica de Comdex se consuelan en un ambiente de crisis mutua
Mientras la ciudad pide ayuda estatal para paliar la drástica caída del turismo, la feria dedicada a la informática limita la entrada de ordenadores y confía la seguridad a la vigilancia humana, en lugar de a la electrónica.
La ciudad con más camas del mundo y la exposición más tecnológica del mundo tuvieron la pasada semana su cita anual. Sin embargo, aquello no fue una feria; fue un vía crucis.
En Las Vegas las camas estaban vacías y al congreso de Comdex no se podía entrar con maletas, ni con mochilas, ni siquiera con ordenador. La situación fue tan mala en las semanas previas, que la organización intentó aprovechar el pesimismo para que el patrocinador de Comdex fuera Eli Lilly, fabricante del antidepresivo Prozac.
Finalmente, la organización permitió el uso de portátiles en el centro de convenciones, pero no en el hotel MGM, donde iba a hablar Bill Gates.
En medio de un ambiente de incertidumbre, Gates triunfó más que nunca hablando con ilusión del futuro que se nos avecina. 'Entramos en la década digital', dijo ante 15.000 cheerleaders. 'En este tiempo duplicaremos la productividad de la década de 1990; incrementaremos en 30 veces el gasto en comercio electrónico, cuadriplicaremos el número de direcciones de correo electrónico y aún más rápido será el crecimiento de la mensajería instantánea'.
Al día siguiente, como también es tradicional en Comdex, después de la sal vino la pimienta: Larry Ellison, el jefe de Oracle.
El vitriólico Ellison no quiso poner paz ni en tiempos de guerra. Insistió de nuevo en que el futuro se escribirá sin compañías como i2, Ariba y CommerceOne, todas dedicadas al B2B. 'Sólo quedaremos IBM, Microsoft, Oracle y SAP'.
Ellison reconoció que usa Outlook (programa de Microsoft), pero que su fallo es que se asienta sobre el sistema operativo Windows. 'La solución sería que funcionara con Oracle'. Alardeó de que su primer cliente de base de datos sea la CIA, que, como todo el mundo sabe, tantos éxitos han cosechado últimamente.
A raíz del 11 de septiembre, Ellison quiso provocar a los hackers manifestando que su sistema 9i es irrompible. 'Tuvimos 100.000 ataques', alardeó en Las Vegas, 'pero ninguno rompió nuestros software'.
Banda ancha o muerte
Tras Gates y Ellison, el resto son pesos ligeros. John Chambers, jefe de Cisco, insistió en que la velocidad de transmisión de datos será esencial para la supervivencia de las empresas.
Pese a su optimismo, advirtió al presidente de EE UU, George W. Bush: 'Estados Unidos va por detrás de Japón y Alemania'. Y añadió para los gobernantes que quieran escuchar: 'Los puestos de trabajo estarán allí donde estén las mejores infraestructuras y la mejor educación. Hoy, Estados Unidos no está entre los 25 primeros competidores en matemáticas y ciencias'.
Dentro de la feria, la biometría fue este año el sector estrella. Ocupó un lugar preferente como otros años, pero en ninguno como éste, los asistentes, en su mayoría directivos de tecnológicas, eran conscientes de la importancia de la seguridad.
Sin embargo, en la larga carrera de las conexiones sin hilos, Comdex fue una lluvia de posibilidades. Al requeteanunciado Bluetooh, se añadían las puntoonce, conexiones sin hilos hasta cinco veces más rápidas y de mayor alcance. Son las redes 802.11a, 802.11b y derivados.
Otros que ganan espacio cada año en Comdex son los fabricantes de móviles, como Nokia y Ericsson, y las agendas electrónicas.
Ha llegado la hora de pelearse entre ellos. Ya no son dos mercados distintos para dos consumidores diferentes. Era el mismo consumidor que sufría la incomodidad de llevar dos aparatos distintos.
En el último trimestre, de hecho, Nokia ha colocado en Europa más modelos Communicator 9210 (teléfono más agenda) que Palm y Compaq.
En Las Vegas, Jeff Hawkins, creador de la Palm Pilot en (1996) y de Handspring (1999), anunció para comienzos de año la alternativa al Communicator. Se llama Treo, pesa 130 gramos y vale 70.000 pesetas, la mitad que el Communicator 9210. El Treo tiene teléfono, agenda y buscador de personas. 'Reúne las cuatro cualidades que el público exige: es pequeño, sencillo, seguro y útil'.
Oscar Goodman, un alcalde siempre optimista
El alcalde de Las Vegas es feliz. Quizá es la obligación de una ciudad que vive del turismo; pero el optimismo de Oscar Goodman es permanente. Antes de y después de. De es, naturalmente, el 11 de septiembre. En las semanas siguientes a esa fechas la ciudad con más camas del mundo, se quedó con el 50% de sus plazas sin ocupar, algo sin precedentes, según Manny Cortez, responsable de turismo. Se anularon 240 convenciones previstas en tres meses y 50.000 reservas, lo que significó una pérdida de ingresos en los casinos de 1.200 millones de pesetas. Las bodas, en fin, bajaron de las 300 diarias a 180. La ciudad, que vive absolutamente de la industria del turismo, se resiente de ser un lugar demasiado alejado. De los 49 millones de turistas anuales, 34 millones llegaron por vía aérea. Hasta el 11-S, Las Vegas vivía ajena al retroceso económico de la industria tecnológica. Esta ciudad, sede de Comdex, no destaca por su cariño a las tecnologías (descontadas la que se aplican en los casinos). La ciudad seguía con su habitual 94% de ocupación de camas (126.000, la mitad en una calle) y preparaba un nuevo atractivo. Si primero Las Vegas fue la ciudad del juego y más tarde la del turismo familiar con hoteles como Disneylandia, luego atrajo a los mejores chefs del mundo y ahora, en ese septiembre fatídico, inauguraba dos museos de arte, el Guggenheim Las Vegas y el Guggenheim Hermitage, destinados a justificar el turismo cultural. El 11-S todo se derrumbó. El senador Harry Reid ha pedido ayuda federal para reflotar el turismo. Sin embargo, el alcalde Goodman prevé que el terrorismo le irá bien a la ciudad. 'Para relajarse y olvidarse de los problemas, nada hay mejor que nuestra ciudad. Tendremos más turistas que antes', declaró a Las Vegas Review Journal.
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