Una saga en las aulas
Abuela, hija y nieta coinciden como estudiantes en la Universidad de Valencia
'Le pregunté si era consciente de que acabaría la carrera con 84 años y me contestó que no le importaba. De hecho, vino de su viaje de México, donde visitaba a mi hermano, para apuntarse a la Nau Gran'. Este testimonio pertenece a Carmen Fibla, una mujer que a sus 58 años se graduará en Historia del Arte, según el itinerario académico para mayores diseñado por la Universidad de Valencia.
Su madre, Ricardina Ávila, con 83 años, conquistará también el fin de sus estudios en Geografía e Historia en 2002, por medio de la Nau Gran, un proyecto educativo que ha hecho coincidir a tres generaciones de mujeres en la misma universidad: nieta, madre e hija.
'Cuando llame a Ana y le diga que nos habéis hecho un reportaje le va a hacer mucha ilusión'. Ana Fibla, de 24 años, es nieta de Ricardina y sobrina de Carmen. El curso pasado finalizó sus estudios de Filología Inglesa, también en la Universidad de Valencia, y ahora está trabajando en Barcelona en una empresa especializada en doblaje.
Ricardina (63 años): 'Mi nieta me preguntaba si me atrevería a atravesar la cafetería el primer día. La crucé y todo fue normal'
Ana coincidió durante todo un curso académico en el campus con su tía y su abuela y, como la mayor parte de jóvenes, estudió en busca del tan deseado futuro estable. Lógicamente, ni Carmen, ni Ricardina persiguen el mismo sueño: no les desvela el porvenir profesional. 'Nuestro objetivo es ocupar el tiempo', habla Ricardina con una verborrea desbordante que parece sacada de una niña con mochila nueva. Para ella la vuelta a la Facultad de Historia ha sido como Volver a empezar, también es de 'película de oscar', bromea alegremente. Una revancha contra el tiempo que le asignó la historia.
La matriarca de esta horda familiar pertenece a la primera generación de licenciados de Historia en Valencia tras el fin de la Guerra Civil española. Con suerte eran cuarenta en aquel último curso de Historia en el que reclutaron alumnos de todas las clases, y que se impartía en la antigua universidad, de la calle La Nave. Pero esta mujer fuerte, pura carcajada, no se conformó y cursó también Magisterio. Su vida, por el contrario, la dedicó exclusivamente a su familia. Nunca ejerció: era otra generación.
El testigo lo tomó su hija: misma sensación de serenidad y solidez que su progenitora y además doble titulación: Magisterio e Ingeniería Técnica Agrícola. Ella sí que se dedicó a sus estudios, aunque ya está jubilada, por motivos personales. Dice Carmen que le faltaba conocer el fascinante mundo del arte y, por ello, se zambulló en los cursos para mayores de 55 años.
'Lo mejor es que te sientes una más. Recuerdo cómo mi nieta me decía que si me atrevería a cruzar la cafetería el primer día. La crucé y todo fue normal', explica la mayor de la Nau Gran rememorando una formación que inauguró su promoción. La nueva hornada de mayores sigue una serie de asignaturas troncales; no obstante, la mayor parte del itinerario académico está conformado con asignaturas optativas de las carreras ofertadas. El objetivo: la conquista de la igualdad. 'Para mí es un regalo. Sólo cuesta 10.000 pesetas al año'.
'Algunos compañeros jóvenes echan mano de los apuntes de mi madre, porque cuida mucho la letra y a ella, por supuesto, le apetece prestarlos'. Sin desvelar quién de las dos es más disciplinada a la hora del estudio, cuentan las características de una formación, con 30 créditos por curso -la mitad que la de cualquier universitario - y donde los asistentes suplen los exámenes por la asistencia obligatoria. 'El absentismo es nulo. Antes lo controlaban, pero aunque no lo hicieran, la motivación es tan grande que no sería necesario', confiesa Ricardina. A ella le toca madrugar más de un día. La clase empieza a las 9 y ella vive en el extrarradio: 'Cojo el tren a las 8.15'.
Algunos compañeros dedican tiempo a otros aspectos de la vida universitaria con pasatiempos deportivos y proyectos culturales. Mensualmente organizan 'banquetes' con los profesores de la titulación de la Nau, y con los demás docentes 'la comunicación es perfecta', agrega Carmen.
Para la graduación ya empiezan a aflorar ideas de la veterana: 'Estamos pensando en hacer una orla con caricaturas. Todo el grupo nos llevamos muy bien. No me sobreprotegen. Los echaré de menos'. Tanto Carmen como Ricardina proseguirán el curso próximo, si se cumple la promesa de un curso más. Ricardina repite sensación. La historia cumple su ciclo en ella: otra vez es la primera promoción.
La Nau Gran, dependiente del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones con la Sociedad, ofrece siete títulos reglados para mayores de 55 años: Geografía e Historia, Historia del Arte, Humanidades, Salud, Ciencias, Sociales y Psicología. Los itinerarios que inicialmente se concibieron en años con un total de 90 créditos invitarán el próximo curso a seguir, con 30 créditos adicionales. Los que primero llegaron y que este curso se gradúan no buscan achaques, ni suspiran por el alivio de acabar, como cualquier universitario de nuevo ingreso: quieren continuar porque ven la jubilación no como el final de una etapa, sino el impulso de otra.
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