Arenas da por zanjado el conflicto entre el presidente del PP de Córdoba y el portavoz municipal
El secretario general del PP, Javier Arenas, dio por zanjado ayer en Córdoba el conflicto creado entre el senador y presidente provincial de esta formación, Enrique Bellido, y el portavoz municipal, Rafael Merino, cuando este último pactó con IU y PSOE en el Ayuntamiento de Córdoba aplazar el debate de una proposición en la que la dirección provincial del partido tenía interés en que la Corporación municipal pidiera al Servicio Andaluz de Salud (SAS) que diera uso a 200 camas que no se utilizan en el hospital Reina Sofía. Esa moción había sido negociada entre Bellido y sindicatos sanitarios para que se tratara en el pleno celebrado el 8 de noviembre, pero Merino acordó con los socios de gobierno municipal aplazar ese debate sin contar con el beneplácito del partido. Este acuerdo provocó que Bellido desautorizara la acción de su portavoz municipal y calificó de 'gravísimo error' que decidiera por su cuenta posponer ese debate.
A este respecto, Arenas dijo que daba por 'superado' el conflicto y atribuyó a 'intereses de terceras fuerzas políticas el sacar este asunto de su contexto'. Y nada más lejos de la realidad, pues fue el propio Bellido el que, nada más conocer el aplazamiento de la propuesta, discrepó de la actuación de Merino, con el que apenas mantiene relaciones políticas desde que el senador ganó el 30 de septiembre de 2000 el congreso provincial a la lista que encabezaba el parlamentario andaluz Salvador Fuentes, que contaba con el apoyo de las direcciones regional y nacional del partido y de la inmensa mayoría del grupo municipal, incluido Rafael Merino.
Arenas quiso quitar hierro a esas escasas relaciones que mantienen Bellido y Merino cuando afirmó que daba 'por superado el asunto porque, además, me consta perfectamente la relación que mantienen el presidente del PP de Córdoba con Rafael Merino'. Y dicho lo anterior, Arenas delimitó los campos que uno y otro deben pisar. 'El grupo municipal tiene que hacer sus funciones y el partido tiene funciones globales de coordinación que tiene que ejercer'.
El secretario general del PP, que justificó que no volvía a Córdoba desde que Bellido ganó el congreso porque ha estado muy implicado en las elecciones vascas y gallegas, alabó el trabajo de la dirección del partido en Córdoba porque, en su opinión, ha mejorado la comunicación con la sociedad y por el trabajo de renovación territorial que ha llevado a cabo cambiando la mayoría de las 75 juntas locales que hay en la provincia.
Arenas dijo que tanto la dirección nacional como la regional del PP respaldan a la ejecutiva de Córdoba e insistió en que 'en el PP hay un congreso que decide los órganos de dirección y un grupo de dirigentes muy importantes y con mucha trayectoria [en alusión a Merino] que coordinados desde el partido cada uno tiene que hacer su tarea'.
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