El vídeo bajo demanda entra en la carta de los hoteles españoles
La operadora Telefónica planea instalar el nuevo servicio en 300 establecimientos en cinco años.
Llegará el día en que el espectador pueda elegir desde el sofá el programa que quiere ver en el momento que le apetezca. La televisión interactiva acabará con la dictadura de la parrilla televisiva y el vídeo bajo demanda (VOD, Video On Demand, en inglés) será una de las formas que adopte.
Siguiendo los aires que soplan al otro lado del Atlántico, Telefónica Servicios Audiovisuales (TSA), filial de la operadora española, ha instalado en un hotel español el primer servicio de vídeo bajo demanda. En los próximos cinco años, según Jesús Martín, director de negocio de TSA, pretenden instalarlo en unos 300 hoteles.
Un hombre de negocios llega a la habitación del hotel, afloja su corbata, se recuesta sobre la cama tras encender el televisor y repasa en una sencilla pantalla de navegación, similar a la que utilizan las plataformas digitales, la cartelera: Very Bad Things, Perdita Durango, Matrix...
No hace falta esperar a que comience el pase. La sesión empieza cuando el usuario lo decide. Minutos después, cuando Neo-Keanu Reeves está a punto de salvar a Morfeo-Laurence Fishburne de las garras de Matrix, el servicio de habitaciones llama a la puerta. El huésped detiene la película. Cuando el camarero abandona la habitación, Matrix continúa con sólo apretar un botón. Play, pause..., las operaciones básicas se hacen desde el mando. No hay ningún vídeo en la sala, sólo una caja similar a un decodificador bajo la televisión.
Unas habitaciones más abajo, un servidor de vídeo distribuye películas a las habitaciones que lo solicitan -hasta 100 canales a un tiempo-. Con una calidad muy superior a la del VHS, las imágenes se distribuyen en formato MPGE. 'Éste es el futuro', señala Martín, y asegura que están en conversaciones con varias cadenas. El ámbito residencial, que se está sondeando, tendrá que esperar todavía un tiempo.
El problema, hasta ahora, ha sido la falta de un ancho de banda suficiente. Sin embargo, utilizando el protocolo VDSL para transportar la señal se logra un ancho de banda de entre 5 y 15 megas en un par de cobre. Por eso, no es necesario cambiar la red del hotel cuando se realiza la instalación. El hotelero se desentiende porque incluso las películas llegan al servidor vía satélite.
Pero el VOD es sólo la punta del proyecto de televisión interactiva de TSA. Y el mercado hotelero una parte de él. La compañía, nacida hace tres años de su matriz, Telefónica, pretende hacer de la pantalla de los televisores de hoteles una vía de acceso a múltiples servicios de entretenimiento. Música, información, conexión a Internet a través del televisor o juegos son algunas de las aplicaciones que acompañarán al VOD en el futuro.
En EE UU, los gigantes del entretenimiento ya han puesto sus ojos sobre esta nueva vía para distribuir sus películas. Microsoft anunció a mediados de octubre que los usuarios de banda ancha podrían disfrutar de vídeo bajo demanda en su servicio MSN. Su archirrival AOL Time Warner tiene ya una sección dedicada a este área. La diferencia entre ambos servicios es el canal de distribución. Microsoft lo canaliza a través de sus suscriptores digitales (DSL), mientras que AOL lo saca por su red de cable. Está por ver quién saca más tajada: si las compañías de cable o aquellas que ofrezcan su servicio en Internet.
La firma Yankee Group estima que el VOD generará beneficios superiores a los 65 millones de dólares (unos 12.000 millones de pesetas) a finales de 2001.
TSA: www.tsa.es
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.