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El fuerte viento se cebó en Xàbia

Rachas de hasta 77 kilómetros por hora azotaron el domingo la localidad de la Marina Alta

Una potente borrasca situada entre las Islas Baleares y Argelia, con unas bajas presiones inusuales, fue la responsable del temporal de fuertes vientos y mar gruesa que azotó con dureza la costa valenciana a lo largo de los últimos días. La depresión entró por los Pirineos y al llegar a la Península, de norte a sur, se desvió hacia el este, de forma que las comunidades autónomas más castigadas han sido Cataluña y, de forma especialmente virulenta, las Baleares. Las playas valencianas, pese a no haber sufrido la borrasca de pleno -sólo fueron alcanzadas por el extremo occidental de la depresión atmosférica-, recibieron importantes coletazos que se tradujeron en fuerte oleaje y viento.

El viernes, las localidades que sufrieron las rachas más fuertes fueron Oliva con viento de hasta 66 kilómetros por hora y Castellón, en la que se registraron máximos de 73 kilómetros por hora. El sábado, la intensidad del viento creció y se alcanzó topes de 60 kilómetros por hora en Oliva, 70 en Cocentaina y 73 en Xàbia. Esta población de La Marina volvió a ser la más azotada por el viento el domingo con rachas que alcanzaron los 77 kilómetros por hora, frente a los 45 de Alicante o los 53 de Castellón.Fuentes del Instituto Nacional de Metereología (INM) en Valencia señalaban que la situación de Xàbia, abierta al mar y sin ningún resguardo, hizo que el viento entrara de forma más limpia en esta localidad. Las mismas fuentes destacaron que frente a lo que pasó en Cataluña, Baleares o Argelia, en las tres provincias valencianas apenas se hizo notar la lluvia, ya que se recogieron, en los lugares donde se produjeron precipitaciones, entre dos y tres litros por metro cuadrado. Las inundaciones, en esta ocasión, no vinieron del cielo en forma de lluvia, sino del mar, gracias a olas de hasta seis metros que provocaron que lenguas de agua se adentraran hasta 100 metros en tierra firme.

La razón de todo ello se encuentra en una entrada de un fuerte chorro de aire polar de -24 grados a 5.400 metros de altura, que alcanzó hasta Argelia -una situación extraordinaria ya que es muy poco frecuente que llegue tan lejos-, combinada con un mar aún cálido.

Desde el INM puntualizaron que el cambio de dirección que tomó la borrasca al entrar en la Península -al separarse de la costa y adentrarse en el Mediterráneo mientras alcanzaba a Cataluña- fue determinante para evitar a la Comunidad efectos más graves. En Cataluña, por ejemplo, las rachas máximas de viento fueron de 179 kilómetros por hora en Portbou, de 115 en El Perelló y de 110 en puntos de Barcelona.

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