_
_
_
_
_

El Corte Inglés abre tienda en Lisboa

El grupo se suma a las 2.500 compañías españolas que operan ya en Portugal

La penetración en el mercado portugués comenzó en 1986 con la entrada de ambos países en la CEE y la desaparición de barreras a la libre circulación de mercancías, servicios y capitales. El agregado económico de la Embajada española en Lisboa, Gonzalo Ávila, destaca la presencia de los principales grupos bancarios (SCH, BBVA, Popular y Sabadell), las mayores constructoras (Fomento de Construcciones y Contratas, Dragados, Ferrovial o Acciona), el sector textil, con la gallega Zara a la cabeza, y grupos de alimentación (Campofrío), suministros para automóviles (Gestamp), energía, franquicia, inmobiliario y grandes superficies.

Para ilustrar el volumen de negocios, nada mejor que algunos ejemplos. El Santander Central Hispano alcanza una cuota de casi el 20% del mercado financiero portugués y es el cuarto mayor grupo bancario del país vecino. Ferrovial, que acaba de anunciar una inversión de 667 millones de euros en la construcción de varios tramos de autopista en Portugal, estima que va a facturar este año en este mercado 150 millones de euros y va a crear 1.500 empleos. En las últimas semanas, varios responsables de la cadena de supermercados valenciana Mercadona han acudido a Lisboa para preparar su progresiva instalación en este país.

En los últimos años se han intensificado los cruces accionariales y las alianzas estratégicas entre empresas de España y Portugal

Otro dato revelador de la penetración española lo aportan las exportaciones. Sólo en 2000, España vendió a Portugal más que a toda América Latina y más que a Estados Unidos. Un total de 1,9 billones de pesetas. La penetración portuguesa en España ha sido mucho más débil, en términos relativos, debido, a juicio de Ávila, 'a su menor dimensión como país y al retraso con que han acometido la entrada en nuestro mercado'. Acelerar e intensificar esta entrada es una de las prioridades del Gobierno socialista de António Guterres.

En la actualidad operan en España unas 250 empresas portuguesas, orientadas fundamentalmente hacia el sector productivo industrial y entre las que cabe destacar el sector cementero (Cimpor), maderas (Tafisa/Sonae) y el vidrio (Barbosa Almeida).

Otro de los fenómenos más interesantes de los últimos años ha consistido en el cruce de participaciones o alianzas estratégicas entre empresas de ambos países para abordar el mercado ibérico de forma más eficiente y, sobre todo, para desembarcar en terceros mercados. El ejemplo más significativo es Brasil, donde han ido juntas la compañía española Telefónica y Portugal Telecom.

Espacio ibérico

'La intensificación de las relaciones económicas bilaterales', dice Gonzalo Ávila, 'está conformando también un subconjunto ibérico dentro del espacio comunitario, el denominado espacio ibérico, que hoy en día es toda una realidad, y todo hace suponer que se irá consolidando con el paso del tiempo'. No obstante, la extraordinaria penetración española en Portugal levanta con cierta periodicidad algunas críticas contra la llamada 'invasión española', fruto de viejos recelos históricos por parte de los sectores más nacionalistas y, en realidad, consecuencia de las lógicas diferencias de dimensión entre los dos países. A juicio del agregado económico de la Embajada española en Lisboa, estos recelos 'no se han trasladado a la esfera económica y no significan ninguna prepotencia ni invasión española; a la vista están la excelente evolución de pequeños países como Holanda o Dinamarca, pero con economías gigantescas'.

A pesar de ese análisis, algunos medios políticos y económicos se quejan de las dificultades que atraviesan las empresas portuguesas para entrar en el mercado español y uno de sus ejemplos ha sido el rechazo a la OPA de Electricidade de Portugal (EDP) sobre Hidrocantábrico. Actualmente los dos países están preparando un protocolo sobre el mercado ibérico de la electricidad. En cualquier caso, la elevadísima densidad de relaciones económicas bilaterales ha provocado escasos conflictos (a excepción del intento de compra del grupo Champalimaud por el SCH) y los problemas acaban resolviéndose de forma amistosa.

El último caso lo constituye El Corte Inglés. Tras superar diversos obstáculos burocráticos, los grandes almacenes, cuya sociedad portuguesa fue creada en 1987, alcanzaron un acuerdo favorable para ambas partes y el nuevo centro será inaugurado el 22 de noviembre. El Corte Inglés ha invertido más de 2.500 millones de pesetas en la formación de los 1.600 empleados para adaptarlos a su filosofía comercial. El nuevo centro contará con 47.000 metros cuadrados de superficie comercial, 18.000 metros cuadrados para viviendas, 2.350 plazas de estacionamiento.

Aunque éste será el primer centro comercial de la cadena fuera de España, la firma ya viene trabajando en Portugal desde hace años. La sociedad portuguesa Hispania Trading, dedicada al comercio, importación y exportación de productos, fue creada en 1988 y suministra mercancías para sus almacenes en España. Sólo en 1999 el volumen de compras realizadas por esta compañía superó los 10.000 millones de escudos. La sucursal de viajes se encuentra abierta en Portugal desde 1994 y tiene oficinas en Lisboa, Oporto, Braga y Faro. El grupo de Informática cuenta con oficinas en Lisboa y Oporto, y la división financiera inició sus actividades el pasado año.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_