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Noches de arrabal

El tango y sus efluvios de arrabal, sus milongas, duelos criollos y noches tristes van a darle un aire porteño a la capital hasta el viernes. El Festival de Otoño dedica un monográfico a este fenómeno musical popular que nació en la costa rioplatense y ya es universal. El ciclo se titula Buenos Aires tango, se celebra en el teatro Albéniz y pretende poner a los espectadores al día 'de lo que es el tango ahora en Argentina', según los organizadores.

El programa apuesta por la variedad: 'la voz desgarrada de Adriana Varela, que huye del tópico del tango melancólico y ofrece todo lo que tiene de poético y sensual' sonó ayer, y hoy lo hace 'el violín de Ramiro Gallo, instrumentista extraordinario en cuyo primer disco, inspirado en la obra de Jorge Luis Borges, tendrá como invitado a Wynton Marsalis'; como remate, mañana, una ración de 'temas de siempre, de la mano de Patio de Tango y Juanjo Domínguez, el guitarrista más importante en este género', al decir de los promotores del ciclo.

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Entran la poesía escénica y el desgarro porteño

El Festival de Otoño ha brindado a Adriana Varela la ocasión de actuar en Madrid por tercera vez en un año. Acudió con unas expectativas enormes, tras los triunfos que cosechó con sus recitales en los teatros Lope de Vega y Galileo. Adriana salió al escenario acompañada por cinco 'maestros' del bandoneón, el bajo, la guitarra, la flauta y el piano, que le ayudan a rebuscar en sus raíces. Porque esta cantante tardía ('llevo sólo siete años, pero muy intensos', dice) concibe el tango como 'una expresión musical' de su región, de su ciudad. Artista 'de registro bajo y una voz ronca', se siente en los escenarios de Madrid como en casa, porque el público es muy parecido al de Buenos Aires: de todas las edades, y 'se sabe incluso las canciones que están editadas acá'.

Adriana repasó ayer su discografía tanguera y demostró que no hace falta rodearse de parejas bailando para hacer sentir esta música popular. 'En Argentina decimos que el que baila no canta', se excusa la solista, que pasó su juventud abrazada al rock y no se aficionó al tango hasta la madurez.

La segunda jornada de Buenos Aires tango transporta hoy a los espectadores del Albéniz a un mundo de compadres, fanfarrones y rufianes (cafishios, que dicen ellos), amores trágicos y placeres en venta. El quinteto del violinista Ramiro Gallo y la orquesta El Arranque pondrán el ritmo. Y el broche a este monográfico rioplatense en otoño lo aportará el Trío de Juanjo Domínguez y el Patio de Tango, 'un espectáculo que plantea un criterio estético de recuperación de una atmósfera tanguera intimista y, a la vez, festiva, de andar por casa, que mezcla la autenticidad y la delicadeza'. De Juanjo Domínguez destacan los expertos que es 'el guitarrista de tango más importante de la actualidad' y que tiene un punto camaleónico fascinante.

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'Puede ser apasionado, estilista, compadrito, romántico o exhibicionista, según el tema, y, a menudo, hasta dentro de la misma pieza musical. Su guitarra criolla se transforma a veces en una locomotora, otras en un felino y, siempre, a la velocidad de un prestidigitador', detallan los programadores. En Madrid le inspirarán desde Gardel (Cuando tú no estás) hasta Piazzola (Adiós nonino).

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