El PSPV de Alicante, atado a su vieja guardia
Franco y Pina miden sus fuerzas de cara a las primarias, con Valenzuela a la expectativa
El PSPV de Alicante sigue atado a las servidumbres de su vieja cultura, caracterizada por las luchas internas de los sectores para hacerse con el poder orgánico y optar a los cargos públicos electos. El grupo dominante en la ejecutiva local, liderado por el senador Ángel Franco, ha reiniciado la batalla de cara a las primarias de la próxima primavera. Su primera victoria ha sido pírrica: la destitución del portavoz adjunto del grupo municipal, el renovador Pablo Rosser, que ha supuesto el reforzamiento de Antonio Fernández Valenzuela, ex presidente de la Diputación.
Valenzuela es en la actualidad vicepresidente de la Cámara de Comercio, cargo al que accedió con el apoyo explícito de Eduardo Zaplana. Su hombre de confianza en el Ayuntamiento, el edil Blas Bernal, ha ocupado el cargo de portavoz adjunto, dejado por Rosser. Éste mantiene el área de urbanismo, aunque el grupo obvia sus opiniones en cuestiones tan relevantes como la revisión del PGOU o la polémica del palacio de congresos en el castillo de Santa Bárbara.
Ángel Franco, secretario de la ejecutiva local del PSPV, se resiste a perder su influencia en el seno de la familia socialista de Alicante, y no vacila a la hora de planear estrategias, siempre en compañía de otros líderes históricos del PSPV, léase el eurodiputado Luis Berenguer, el ex presidente de la Diputación de Alicante, Antonio Fernández Valenzuela, y el diputado autonómico Antonio Moreno. Estos grupos acaban formando un bloque en cada proceso electoral interno, frente a los colectivos denominados críticos o renovadores, que apuestan por un cambio de cultura política y de rostros nuevos para comunicarse con los ciudadanos.
En la última elección para la ejecutiva local, Franco, con los aliados antes mentados, derrotó por escaso margen [44 votos] al bloque renovador, que lideraba y lidera la concejal Carmen Sánchez Brufal. El secretario general, consciente del reforzamiento del bloque renovador, con la llegada a la portavocía adjunta del grupo municipal del edil Pablo Rosser, inició la caza de su cabeza. Finalmente, la consiguió, aunque los ejecutores fueron el portavoz del grupo, José Antonio Pina, y Blas Bernal, de espaldas a Franco.
Con el acoso a Rosser, Franco también perseguía frenar el ímpetu de la líder de este grupo, Sánchez Brufal. La edil ha desatado en las últimas semanas una intensa campaña de denuncia contra la gestión del reponsable de la Concejalía de Cultura, Pedro Romero, del PP, a quien acusa de pagar facturas infladas. La longevidad política de Franco propició que las denuncias de la edil socialista llegara a salpicar al senador; Pedro Picatoste, empresario que gestiona la mayoría de las actividades de la Concejalía de Cultura, también mantiene negocios con Franco. Picatoste lleva las campañas publicitaria del PSPV de Alicante. Las relaciones entre Picatoste y Franco parecen excelentes: recientemente, el senador compró al empresario un chalé.
El baile de los candidatos
Tras dos intentos fallidos, y con la oposición de la dirección nacional del PSPV, Pablo Rosser, que llegó al partido procedente de Nova Esquerra, fue destituido hace dos semanas. Pina y Bernal aceleraron su cese, sin el beneplácito de Franco, al sentirse traicionados. Los dos primeros tuvieron conocimiento de una cena días antes entre el senador, Carmen Sánchez Brufal y el secretario comarcal, Agustín Giménez. Pina se sintió desplazado y pensó que se fraguaba un pacto a sus espaldas. El senador no se amilanó y contraatacó lanzando a la opinión pública nombres de futuribles candidatos, entre ellos el eurodiputado Luis Berenguer y el profesor Antonio Godoy. El baile de posibles candidatos a alcalde o a jefe de la oposición acaba de empezar. José Antonio Pina y Blas Bernal están calibrando sus posibilidades. Franco esperará hasta última hora para apostar por un nombre, toda vez que sus relaciones con Pina se han enfriado. Y su apuesta estará radicalmente ligada a la futura ejecutiva local.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.