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Herbert arranca rendidos aplausos en Periferias

El festival se llama Periferias y tiene lugar en una ciudad que no desea connotar negativamente el término periférico. Es Huesca, en cuyo Jai Alai arrancó el último fin de semana un festival atrevido. La noche del miércoles puso en danza a BossaCucaNova, Ian O'Brien y un Herbert que se convirtió en el triunfador. Convocando ante el escenario a un público unificado por la curiosidad, Herbert arrancó los aplausos más rendidos gracias a un concierto espléndido.

Antes de que Herbert pisara el escenario, los brasileños BossaCucaNova abrieron la noche. La intención fue mezclar la postal sonora de la chica de Ipanema y el agua de beber con el holograma digital de los ritmos electrónicos, rascados de vinilo incluidos, propios del Brasil actual. La cosa quedó curiosa. Sólo eso. Luego llegó ese tipo con pinta de haberlo pasado mal en el patio de su colegio. Desgarbado y enclenque, Herbert granjea simpatía sólo por su aspecto desvalido. Esa sensación se ve corroborada por el directo que cual hombre orquesta escenifica con un dúo de apoyo. Voz femenina para los temas más jazzys y nocturnos y teclado para las restantes pinceladas. El resto lo hace Herbert. Programa, samplea, dispara, ecualiza, filtra y manipula multitud de fuentes de sonido y va apresurado de un lado a otro del escenario. Rompe botellas y el estrépito del cristal entrechocando es música retorcible. Exitazo. Se tendría que haber acabado ahí la noche, pero Periferias es un festival generoso y propuso un final con Ian O'Brien. Hizo de juntacanciones y logró que la gente siguiese bailando. Nada especial.

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