Visita el presidente de Bolivia
Leo, no sin cierta desazón y tristeza, la entrevista que Yolanda Monge hace al presidente de Bolivia, don Jorge Quiroga, publicada en la edición de hoy. Me gustaría saber si se trata de un espejismo o de cruda realidad, pero no puedo evitar preguntarme cómo puede Quiroga afirmar sin inmutarse que siete de cada diez bolivianos viven en la pobreza, al tiempo que una resolución del Senado prevé otorgar una pensión mensual vitalicia de 20.000 bolivianos (unas 570.000 pesetas) a los parlamentarios que accedan a ocupar la presidencia de cualquiera de las Cámaras del Congreso. Un maestro de la educación pública percibe no más de 40.000 pesetas al mes.
Bolivia es un país con inmensas reservas en recursos naturales renovables y no renovables (por ejemplo, el gas), pero se ha venido caracterizando por contar con gestores que las pregonan y malvenden a importantes consorcios transnacionales. ¿Qué queda para el boliviano de a pie? Pues eso, 40.000 pesetas al mes si se dedica a enseñar a las futuras generaciones sobre lo inmensamente rico que es el país. O bien, hacer de tripas corazón y marcharse a buscar mejor vida en otros países, como es mi caso.
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