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Reportaje:

Expedición a Namibia en busca de un desaparecido

Siete bomberos y dos voluntarios intentarán encontrar a un vecino de Parla que se ahogó en un río africano

F. Javier Barroso

Nueve especialistas (siete bomberos de la Comunidad de Madrid y dos voluntarios de la Federación de Espeleología) se enfrentan la próxima semana a uno de sus mayores retos. Un matrimonio de Parla les ha pedido que rescaten el cadáver de su hijo, Jesús Carmeno García, de 37 años, empleado en una gasolinera, que desapareció hace 18 días en el río Cunene, en el noroeste de Namibia. Los voluntarios dispondrán de seis días para intentar localizarlo en África y repatriarlo a España. El principal problema al que se enfrentan son las fuertes corrientes y un profundo barranco en el que Carmeno puede estar caído.

La familia gastará cuatro millones de pesetas en pagar la manutención y el viaje del equipo de rescate

Jesús Carmeno se marchó hace menos de un mes con unos amigos a conocer Namibia. Salieron de Madrid el 5 de octubre y tenían previsto regresar el 29. El plan del viaje era 'tranquilo', según sus familiares. Los problemas surgieron el día 13, cuando Jesús estaba bañándose con sus amigos en las cataratas de Epupa del río Cunene, cerca de la frontera con Angola. Según comentaron sus amigos, estaba subido a una roca de un metro de diámetro cuando, por causas todavía no esclarecidas, se resbaló y cayó al agua. Fue la última vez que se le vio con vida.

Sus amigos intentaron rescatarlo, pero les fue imposible. Avisaron a las autoridades locales, pero la falta de medios que éstas sufren les impidió rescatar a la víctima. Uno de los conocidos de Carmeno dio entonces la mala noticia a sus familiares. Desde aquel día, éstos viven con la desesperación de no haber podido recuperar el cuerpo. Primero se pusieron en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, que les señaló la dificultad de enviar a personal de Protección Civil para intentar recuperar el cadáver. Casi idéntica respuesta recibieron del Gobierno regional. Éste argumentó que no podía suplantar a la administración central, por lo que el envío de medios le resultaba imposible.

Como última opción, unos amigos de Las Rozas acudieron al parque central de los bomberos de la Comunidad en demanda de ayuda. Y, en efecto, varios hombres del grupo Especial de Rescate en Altura (Gera) se ofrecieron a desplazarse a Namibia e intentar localizar al desaparecido. La Comunidad les dio toda clase de facilidades. Por un lado, les acumuló los 10 días libres que por convenio tienen cada año y, además, les facilitará el material necesario para la operación.

Los bomberos, que actúan de forma altruista, tienen ya pensado el plan de rescate. De los 10 días de los que disponen, emplearán cuatro en el viaje. Primero volarán hasta Windhoek, capital de Namibia. Al día siguiente saldrán en coches todoterreno hacia las cataratas de Epupa, adonde llegarán tras recorrer 900 kilómetros.

El tercer día ya se centrarán en la búsqueda. Para ello utilizarán descensos verticales mediante cuerdas colocadas entre las orillas del río. 'Como lleva mucho caudal, corremos el riesgo de que el cuerpo haya quedado en alguna de las fosas colgantes que tiene el río a lo largo de su recorrido. Si fuera así, podríamos recuperar el cuerpo. Un problema mucho más grave es que hubiera sido arrastrado hasta un barranco cercano. Desde allí ha podido ser trasladado a cualquier parte y nuestro trabajo ya sería casi imposible', reconoce Ángel Sevillano, suboficial del Gera y uno de los voluntarios que irá a Namibia.

El grupo operativo estará formado por nueve personas. Cinco de ellas son del Gera, por lo que tienen una gran preparación en descenso de barrancos y buceo. Otros dos bomberos pertenecen a la Federación de Espeleología y son especialistas en espeleobuceo (buceo en cuevas). Las otras dos personas, también voluntarias, están inscritas en esta federación deportiva y son técnicos en buceo de rescate. 'Si todo va bien y no surgen inconvenientes, es un equipo suficiente para intentar localizar a Jesús en los seis días de los que tenemos', asegura Sevillano.

El principal problema con el que se enfrentan los profesionales es que, hasta ayer, ninguna compañía les había asegurado el viaje, ya que se trata de una operación muy arriesgada. Sin ese seguro, el viaje puede sufrir un serio revés. De momento, ya cuentan con el visado para entrar en Namibia y poder desplazarse. 'Lo haremos de forma altruista porque nos hemos dado cuenta de que los familiares no van a sentirse tranquilos hasta que vayamos y piensen que han hecho todo lo que estaba en su mano para recuperar a Jesús', añade Sevillano.

Los especialistas son conscientes de que resultará 'muy difícil' encontrar a Carmeno por las fuertes corrientes del río. Además, el tiempo apremia. En Namibia comenzará, dentro de 15 días, la época de lluvias, con lo que el caudal del Cunene crecerá de forma desmesurada y la fuerte humedad abortará cualquier posible rescate. 'Si llegamos antes de que cambie el tiempo [en este país del África austral hace ahora una temperatura máxima de 31 grados y una mínima de 15], podemos tener alguna posibilidad. Pero sería impensable trabajar con esas dificultades metereológicas', concluye Sevillano.

Jesús Carmeno, durante un viaje a Venecia.
Jesús Carmeno, durante un viaje a Venecia.

Un inquieto trotamundos

La gran pasión de Jesús Carmeno siempre ha sido viajar. Según cuenta su hermano Óscar, ha recorrido casi todo el mundo. Conoce, por ejemplo, Senegal, Egipto, Nepal, Perú y Chile, entre otros países, además de las principales capitales europeas. El pasado enero estuvo en el asiático Myanmar (antigua Birmania). Así pasa el tiempo libre que le deja su trabajo en una gasolinera de la autovía de Andalucía, en el Cerro de los Ángeles de Getafe, donde trabaja desde hace ocho años. El hecho de no dominar el inglés no le ha arredrado nunca para visitar aquellos países que más le llamaban la atención. Jesús Carmeno es el quinto de siete hermanos. Vive solo en Parla, cerca de la casa de sus padres. Sus otras aficiones son el cine y la lectura. Antes de trabajar como gasolinero estuvo empleado, desde los 15 años, como camarero. Alternó el trabajo con los estudios, aunque no llegó a terminar los de Formación Profesional II en la rama de Informática por un par de asignaturas. 'Tiene un carácter extraordinario. No se calla las cosas y las dice tal y como las piensa, pero luego es el primero en arrimar el hombro y ayudar en todo lo que sea necesario. No es porque le haya pasado esto, pero es especial', recuerda su cuñado Adolfo. Ahora los familiares se encuentran abatidos. Desde que les anunciaron la desaparición de Jesús mientras asistían a una boda en Aranjuez, no han cesado de dar vueltas para intentar recuperarlo. Su hermano Óscar viajó hasta el lugar del siniestro. Recibió ayuda de la Embajada de España en Namibia, que le puso a su disposición un intérprete. Pero no sirvió de nada. El traslado de los nueve voluntarios y su manutención en la zona va a costar a la familia cuatro millones de pesetas, que se unirán a los dos millones que se ha gastado ya. La familia ha agradecido 'la extraordinaria colaboración' del Ayuntamiento de Parla, que se ha volcado en ayudas y les ha dado un millón de pesetas. También han acudido al Defensor del Pueblo, donde les han explicado los pasos que han tenido que seguir para conseguir los visados de entrada en Namibia. 'Pero, salvo estas ayudas, nadie nos está apoyando en esta labor', se quejan los familiares.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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