Estudiantes de medicina reclaman más prácticas en los hospitales

¿Qué pensaría un paciente de la sanidad pública en lista de espera si supiera que el 68 % de los estudiantes de medicinas en prácticas se siente un estorbo? Estos y otros datos, fruto de una encuesta realizada entre alumnos de varias universidades nacionales, descubren las deficiencias de la carrera de medicina a la vista de los estudiantes. El estudio se acaba de presentar en Alicante, sede del XIX Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina, durante una mesa redonda que debatió la enseñanza de esta especialidad en España. Alumnos y profesores opinaron sobre las ventajas e inconvenientes del actual método docente y los posibles cambios.

Junto al mayoritario porcentaje de estudiantes que se sienten un estorbo en los hospitales, el 78 % de ellos apenas se integra en la estructura del centro médico. 'Debe cambiarse el propio concepto de prácticas', afirma Joan Prat, decano de la Faculta de Medicina de Lleida, 'por el de aprendizaje práctico'.

Joan Prat, decano de la Facultad de Medicina de Lleida: 'Llevamos muchos años con el diagnóstico y es hora de pasar al tratamiento'

Las quejas de los estudiantes también se dirigen a la enseñanza teórica. Las aulas son cada vez menos concurridas por los universitarios, ante la falta de interés por las clases. El 59 % de los alumnos sólo entran en alguna ocasión y el porcentaje de asistencia se reduce en los últimos años, ya que entre tercer y sexto curso un tercio de los estudiantes nunca ocupa su silla en clase o sólo lo hace por obligación. Ante esta perspectiva, las comisiones de apuntes (distribución de copias de las notas de clase) son el método de estudio más común para los universitarios, por encima de las locuciones del profesor o los libros de apoyo. 'Las clases magistrales siguen siendo el sistema más utilizado por los profesores, una tradición medieval que debería ser sustituida', explica el decano de Lleida.

María Teresa Alfonso, directora de la Escuela de Educación Médica de Albacete, opina que la carrera de Medicina 'sufre una sobrecarga de contenidos inútiles, poca participación de los estudiantes y calidad insuficiente en las prácticas'. Joan Prat resume el estado de la enseñanza médica con una oportuna frase: 'Llevamos demasiados años con el diagnóstico y ya es hora de pasar al tratamiento'.

'Creo que falta confianza en la capacidad de los estudiantes', opina Javier Fernández, estudiante de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. El alumno madrileño relata como día a día debe 'buscarse la vida' en el hospital para aprovechar el tiempo de trabajo. La directora de la Escuela Médica de Albacete asegura que esta situación es muy común entre los universitarios que realizan prácticas en centros médicos. Los datos de la encuesta también confirman que su trabajo en los hospitales se limita a realizar exploraciones, historiales médicos o a observar el trabajo de los profesionales. Fruto del estado de abandono en el que se encuentran muchas veces los estudiantes es la estadística que afirma que 62 % de ellos no cuenta con un tutor de prácticas. Sin embargo, el trato con el personal médico es visto por la mayoría de los estudiantes como bueno, así como con las enfermeras. De todas formas, los universitarios creen que no se valora de manera suficiente su labor en los centros hospitalarios, tanto por parte de los profesores como de los propios médicos. Un 72 % de los estudiantes creen que la nota de las prácticas no influye todo lo que debería en las calificaciones finales.

Finalmente, la línea de enseñanza en las facultades de medicina cambiaría radicalmente si los estudiantes tuvieran el poder de hacerlo. Las modificaciones afectarían a la proporción de teoría y práctica en la universidad, ya que un contundente 92 % de los alumnos desea que aumente el trabajo en los centros médicos en detrimento de las horas de clase.

Sin embargo no todo son protestas. Amador García, de la Universidad del País Vasco, se muestra satisfecho con el método de prácticas de su centro académico. 'Contamos con un pabellón propio, en el que recibimos clases para después ir a trabajar al hospital', dice Amador García. El tema del tiempo y los traslados no carece de importancia en una carrera en la cual las aulas pueden tener mesas o quirófanos. Eduardo Vilar, de la Universidad Miguel Hernández de Elche, uno de los organizadores del congreso, mantiene que las clases deberían ser impartidas en los propios hospitales. 'A veces las prácticas nos impiden acudir a la universidad y debemos sacrificar asignaturas', afirma. La estadística muestra que la mayoría de los universitarios utilizan entre 10 y 45 minutos para trasladarse desde el centro académico al lugar de trabajo. Un tiempo precioso, si se tienen en cuentan los problemas por los que atraviesa la sanidad pública en España y la polémica regla de los 10 minutos de atención a cada paciente.