Un talante conciliador

Jaime Montalvo toma posesión este martes como presidente del Consejo Económico y Social (CES) con el voto unánime de todos los consejeros, un respaldo que no tuvo su antecesor, Federico Durán, en ninguno de los dos mandatos. Aval que encaja con un talante conciliador al que añaden otros calificativos sus amigos y enemigos: es un hombre dialogante, acomodaticio, diplomático, que intenta llevarse bien con todo el mundo, y con mucha mano izquierda para facilitar el consenso. Él argumenta que es 'el cuarto de una familia de nueve hermanos', algo que imprime carácter.

La llegada al CES de Montalvo supone el retorno al órgano consultivo del que formó parte entre 1992 y 1996 como consejero del grupo de expertos nombrado por el Gobierno socialista. Un paréntesis en su actividad universitaria: de 1972 a 1982 ejerció de catedrático de Derecho del Trabajo; en los últimos años ha sido rector de la Universidad Nacional a Distancia (UNED), que, al menos por ahora, define como la 'etapa más fascinante'.

Tiene amigos en ámbitos dispares. Entre las felicitaciones que ha recibido, dos provienen de Emilio Botín y Francisco Álvarez Cascos, con los que mantiene buenas relaciones por su heterogénea trayectoria profesional. Con el primer banquero de España, en la etapa universitaria; con el ministro de Fomento del PP, cuando Montalvo era portavoz del partido socialista en Asturias. Ahora no es militante político y nunca fue asturiano: nació en Madrid el 28 de noviembre de 1942 y sus raíces están en Comillas (Cantabria). Una de sus obsesiones es 'el empobrecimiento que se ha producido en el debate social y lograr que en Europa seamos capaces de diseñar un modelo competitivo, pero con una sociedad más equilibrada que la de Estados Unidos'. Un eufemismo que utiliza para no reconocer directamente que está en contra del pensamiento único.

Su pasión privada es el Estudiantes de baloncesto, junto a la música barroca, el cante flamenco y la lectura. Es un enamorado de la costa de Cantabria y de Latinoamérica, que conoció bien entre 1987 y 1990 como rector de la Universidad de las Naciones Unidas por la Paz, en Costa Rica. Participó en los procesos de paz de Guatemala, Nicaragua y Colombia, donde medió entre el Gobierno y los movimientos guerrilleros. Una tarea de mediador que también ejerció en conflictos laborales en las empresas españolas Renfe, Feve o el Metro de Madrid, y que intentará aplicar al frente del CES, para que el consejo pueda reforzar su papel de 'foro para la reflexión y para el diálogo social'.