Yugoslavia alerta sobre el peligro de nuevas divisiones en los Balcanes
El primer ministro de Yugoslavia, el montenegrino Dragisa Pesic, y el presidente de Albania, Rexhep Medjani, coincidieron ayer en Madrid en afirmar que el destino de sus países es lograr la integración en las instituciones europeas. Este acto de profesión de fe europeísta se produjo durante la jornada final de la Conferencia sobre Transición y Consolidación Democráticas. Por su parte, el primer ministro de la República Checa, el socialista Miloz Zeman, insistió en su intervención en la necesidad de evitar declaraciones superficiales y de tipo general y adoptar medidas concretas, como el castigo a los beneficiados de la corrupción.
El yugoslavo Pesic aprovechó la ocasión para exponer ante la Conferencia los dos problemas fundamentales que afronta su país: la situación de Kosovo y el futuro de la federación entre Serbia y Montenegro, eso que responde al nombre de Yugoslavia. Para Pesic, éstos son dos grandes problemas heredados que 'impiden desarrollar los cambios sociales necesarios'. Expuso el primer ministro que Yugoslavia no tiene el control sobre una zona de su territorio: 'Kosovo está bajo el control de la ONU, según la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad'. Añadió que una tarea prioritaria es 'formular las relaciones entre los dos miembros de la federación'.
Apoyo decidido
Sostiene Pesic que 'el mantenimiento del Estado común tiene una importancia primordial para la estabilidad del sureste de Europa. Creemos que una mayor fragmentación de los Balcanes no contribuirá a las reformas democráticas. Por eso, Yugoslavia necesita un apoyo decidido a los esfuerzos para conservar la identidad territorial'. De forma clara dijo el primer ministro: 'El objetivo a largo plazo de nuestra política exterior es unirnos a las instituciones europeas. Nuestro país está preparado para efectuar las experiencias positivas de los países que han realizado ya parte del camino'.
El presidente de Albania, Rexhep Medjani, dejó muy claro que para su país 'la plena integración en la OTAN y la UE son prioridades estratégicas absolutas'. Sobre la lucha antiterrorista sostuvo Medjani la necesidad de distinguir el terrorismo de los derechos legítimos de las personas que viven bajo dominio extranjero, según resoluciones de la ONU.
En la línea de afirmación europeísta se movió también el presidente de Lituania, Valdas Adamkus, al afirmar que 'los países de Europa central y oriental miran hacia la integración a Europa, a la que siempre han pertenecido'.
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