El 'manga' se hace mayor

El manga, el tebeo japonés, crece. En edad y en seguidores. Ayer, mientras las pantallas gigantes del estadio Lluís Companys emitían las aventuras del nuevo héroe manga Xin Chan en la fiesta de los Super, otra generación manga cuya edad media se sitúa entre 14 y 22 años invadían el recinto ferial de La Farga de L'Hospitalet para asistir a la séptima edición del Salón del Manga, que hoy se clausura y que este año apuesta por la difusión de la cultura japonesa. El éxito de asistencia fue total, fomentado ayer por la promoción de entrada libre a todo el que acudiera disfrazado. El recinto ferial se colapsó como nunca había sucedido, con unas colas inmensas para acceder al interior.

La historia del cómic japonés en España ya tiene sus antes y sus después. A principios de la década de 1990, la historieta Akira, de Katsuhiro Otomo, abrió camino y Bola de dragón, de Akira Toriyama, consolidó un fenómeno hasta ahora irrepetible, al menos en cuanto a ventas. A partir de aquí, una serie de éxitos, la mayoría de ellos respaldados por las adaptaciones de las series televisivas, han consolidado el manga como todo un fenómeno cultural que cada vez abarca un mayor espectro generacional, como constata el éxito de público de esta edición del Salón del Manga, cuya franja de edad se está ampliando por los dos extremos. En estos 10 años de penetración manga, los niños se han hecho mayores, y ahora las principales editoriales del sector se están preparando para un relevo generacional que propiciará que los adolescentes que ya no lo son tanto puedan acceder a un tipo de material mucho más acorde con su edad. En estos momentos se está entrando en una etapa en la que el cómic japonés se hace adulto en España. Las novedades aparecidas en esta edición del salón así lo confirman. Aunque dirigido a un público adolescente, la temática homosexual ha llegado a los mangas editados en España por primera vez. Se trata de Zetsuai, una historia romántica, que narra el amor entre dos jóvenes varones.

La consolidación del fenómeno manga no sólo podía constatarse ayer con la fruición con la que los aficionados -otakus- compraban las novedades, asistían a las proyecciones, acudían a la biblioteca, participaban en un campeonato de videojuegos, concursaban en el karaoke y realizaban un curso de dibujo. Incluso podía verse representación diplomática: el Consulado General del Japón en Barcelona, con caseta propia, apoya las actividades de difusión de la cultura de su país que se celebran en el salón.