Otra vez Renfe

Una vez más, el servicio que da Renfe vuelve a ser incompleto y deficiente. El pasado lunes 22 de octubre, y para empezar bien la semana, el tren Civis que une Guadalajara con Chamartín, parando únicamente en tres estaciones, que cumple este servicio para ahorrarnos tiempo a todos los que vivimos en dichas poblaciones, ha llegado tarde una vez más. Doce minutos en esta ocasión.

Para rematar la faena, en vez de ser un tren de dos plantas, ha llegado uno con una sola planta y saturado de gente desde Alcalá de Henares. Esto supone subir a un tren que, en vez de a Chamartín, parece que va a Auschwitz.

Había una climatización alterada por la sobrecarga de aparatos respiratorios agitados por la presión y un tren herméticamente cerrado, con los cristales empañados y con un calor sofocante.

Además, por si no fuera suficiente el retraso, y en tales condiciones, el tren se ha ido parando a mitad del trayecto en varias ocasiones, o alcanzaba la sorprendente velocidad de crucero de 20 kilómetros por hora.

Habiendo llegado a Chamartín sin posibilidad de llegar puntuales a nuestro puesto de trabajo, de las más de las cuatrocientas reses (me incluyo) que se han bajado del tren, la mitad necesitan llegar hasta Nuevos Ministerios o Recoletos. Por lo cual hay que hacer transbordo y coger un tren de la misma línea Madrid-Guadalajara para volver a dichas estaciones.

Teniendo en cuenta que el Civis no va directo por esta línea, sino que se desvía por una que rodea Madrid para entrar en Chamartín en la misma dirección que Guadalajara y con el mismo sentido, es absurdo que el tren aborte su servicio en dicha estación, ya que, con incorporarse al servicio en dicha línea, suprimiría un engorroso transbordo y haría ganar tiempo a tantas personas que necesitan llegar a otros núcleos laborales. De hecho, en dos ocasiones, el Civis dio el servicio completo, parando en Chamartín y siguiendo minutos después hacia Nuevos Ministerios, Recoletos y Atocha.

Debió ser un vacile, ya que no les debe interesar que sepamos distinguir buen servicio del que dan habitualmente.