Maestro a los 19 años
Coloccini, defensa reciclado, impresiona en Vitoria por su madurez
El mejor defensa del Milan juega en Vitoria, dicen en el Alavés. Es cuestión de gustos. De lo que no cabe duda es de que en Mendizorroza juega uno de los centrales con más futuro del mundo. Fabricio Coloccini piensa, defiende y toca el balón como si tuviera más de 30 años. Y no. Es poco más que un adolescente (19 años), descubierto un buen día por Ramón Madoni. Y apenas lleva tres años asentado en el puesto de defensa; desde aquel día en que llegó al equipo sub 17 de Argentina y el coordinador de selecciones, José Pekerman, le dijo: 'Ya no juegas más de volante central. En la defensa se aprovechan mejor tus cualidades'.
Coloccini prefería el medio centro porque 'ahí se tiene más contacto con la pelota'. Pero él estaba destinado a acabar en la misma posición que jugó su padre, Osvaldo, en Vélez, San Lorenzo, Argentinos Juniors y la Liga de Colombia que no quiere interferir demasiado en la carrera de su hijo. No más allá de corregirle pequeños errores.
El domingo, en Valladolid, Coloccini junior, Colocho, campeón del mundo sub 20, abrió los ojos a quienes no le conocían en Europa. No sólo mantuvo su línea en defensa, siempre atento, maduro, pegajoso con el rival y amable con el balón, sino que marcó por primera vez dos goles en una misma tarde. Jamás pensó que acabaría así. Antes del partido se sentía descentrado. Era 21 de octubre, día de la madre en Argentina; y la suya, Silvia, falleció de cáncer en mayo del año pasado. 'Creía que se me iba a hacer difícil', confesó ayer. Ya le había sucedido antes y ha superado el trauma gracias a un psicólogo de la selección. En Valladolid completó el tratamiento. Tras marcar los goles, miró al cielo y levantó su camiseta. Debajo, tatuado en el pecho, lleva un retrato de su madre. 'No los marqué yo, fue ella'.
El Alavés ya mira las posibilidades de negocio, cómo amortizar los 2.300 millones que invertiría si paga la opción de compra que tiene sobre él. Para Coloccini, con contrato en el Milan hasta 2006, estas cuestiones son menores. Sólo piensa en alcanzar a sus referentes (Samuel, del Roma; Nesta, del Lazio; Ayala, del Valencia) y en vestirse la única albiceleste que le falta, la de la selección absoluta. Marcelo Bielsa ya le tiene en sus planes.
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