Don Quijote inunda Parla de millones
Un boleto sellado en la localidad sureña gana el mayor premio de la historia de la Lotería Primitiva
Mari se enteró de la noticia tomando el aperitivo con sus amigas en un bar del pueblo. Carmen, en casa, viendo el telediario de las tres de la tarde. Paco, en misa, cuando el párroco don Pablo dio la noticia a sus feligreses en plena homilía. Los vecinos de Parla (municipio del sur de la región con 95.000 habitantes) no se quitaban ayer el ojo los unos de los otros intentando sacar de algún comentario, de alguna sonrisa de más o de alguna huida despavorida de la localidad qué vecino ha sido el agraciado con el mayor premio que la Lotería Primitiva ha repartido en toda su historia: 3.269 millones de pesetas (19,6 millones de euros). Aunque, como apuntaban algunos, el afortunado puede ser alguien que pasaba por Parla y que decidió probar su suerte.
Aunque la administración estuvo abierta casi todo el día, nadie se acercó a reclamar la fortuna
El boleto que resultó ganador en el sorteo del pasado sábado de la Primitiva con semejante lluvia de millones fue sellado en la administración Don Quijote de Parla (calle de Pinto, 37). Pero la identidad del ganador o ganadores es, todavía, una incógnita. Rafael de Lera, responsable de la administración, abrió un momento ayer por la mañana para recibir a curiosos y periodistas y, de paso, colgar un gran cartel en el que se leía: '¡Vendido aquí! Enhorabuena a los afortunados'. 'Esta mañana ya me han llamado de varios bancos preguntándome si sabía quién ha ganado. Yo creo que ha sido sólo una persona, pero es posible que nunca conozcamos la identidad del ganador', comentó De Lera.
No es la primera vez que su administración reparte un gran premio. En 1985, Don Quijote dio el gordo de Navidad y repartió 1.200 millones, y en 1993, el tercer premio del sorteo navideño con 700 millones. El premio del pasado sábado supera en casi mil millones a los 2.372 millones de pesetas que en 1994 ganó un único acertante de Lotería Primitiva que selló su boleto en la localidad de Calella (Barcelona). En Madrid, en 1989, un acertante ganó 1.123 millones en el sorteo de la Primitiva con un boleto sellado en una administración de la Puerta del Sol. Un establecimiento en la calle de Arzúa (Hortaleza) dio otro superpremio en 1992 a un único ganador: 1.058 millones. Pero ninguno llega, ni de lejos, al gordo que ha dado ahora Don Quijote.
'Somos la tercera administración en recaudación de toda la Comunidad de Madrid', aseguraba De Lera, que se enteró de que su negocio había vendido el boleto ganador de la Primitiva cuando ayer por la mañana consultó la página web de Loterías y Apuestas del Estado. 'Cuando lo he leído, casi me da un vuelco el corazón', recordaba.
De Lera cerró el negocio por la tarde, pero vecinos y curiosos siguieron rondando por la zona. Y el comentario a las puertas de la administración de lotería, en los bares, en corrillos, a la salida de misa, en las paradas de autobuses, en los videoclubes... siempre era el mismo: '¿Quién habrá acertado los seis números mágicos: [11-24-29- 37-40-42]?'
'Juli, la del electricista, me ha dicho que le ha comentado un vecino que ha sido una mujer que vive sola en la calle de Los Molinos y que esta mañana se ha ido de Parla', comentaban unas mujeres. 'No, no, que ha sido una peña de ésas que hacen combinaciones de números con el ordenador', apostillaba un hombre. 'Ha sido un tal Iván', bromeaba otro haciendo un juego de palabras con el término talibán. 'No creo que sea nadie de aquí, ya nos hubiésemos enterado', reflexionaba el camarero de un bar como si con él no fuera la cosa. 'No sé quién ha sido, pero espero que el ganador utilice bien el dinero porque una cantidad así puede ser una losa para cualquier familia', aconsejó, antes de empezar a comer con unos amigos, don Pablo, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción. 'Sea quien sea, es una gran noticia para Parla. Seguro que va a repercutir en todo el municipio', afirmó el socialista Tomás Gómez, alcalde de la localidad.
¿Qué tiene que hacer ahora el ganador o ganadores para cobrar el premio? 'Como ha ganado más de 100.000 pesetas, tiene un plazo de tres meses para ir a la delegación de Loterías y Apuestas del Estado a recoger el talón y después ingresarlo en el banco', explicó De Lera. Y añadió: 'Cuando ya lo han cobrado, de la delegación nos suelen mandar una fotocopia del talón, pero con el nombre del titular tachado'.
De Lera cerró el negocio por la tarde y el afortunado archimillonario siguió sin aparecer. La mayoría de los locales de Parla permanecieron todo el día cerrados. Algunos vecinos que se encontraban cerca de la administración agraciada intentaban justificarlo: 'Es que es domingo'. Mientras, los residentes hacían castillos en el aire sobre liquidación de hipotecas, viajes paradisíacos y jubilaciones muy anticipadas. 'Le he dicho esta mañana a mi mujer: 'Si me llega a tocar a mí, lo primero apañaría a la familia, y luego ya veríamos', explicaba Tomás, cerveza en mano, en un bar cercano a la administración de Lotería. 'Tal y como está el mundo, lo de hacer un viaje podría esperar', añadía. 'Yo no me compraría ni casa ni coche, porque eso te lo regala el banco en cuanto abres la cuenta corriente para ingresar los millones', observaba Mari Carmen, otra vecina, que, como 'beata' de Nuestra Señora de la Soledad, aseguró que, en caso de despertarse un día millonaria, 'daría a la hermandad dinero para que pueda construir una residencia para las personas mayores del pueblo'.
Sobre las carencias que tiene Parla y la posibilidad de que el agraciado haga una donación al municipio, el alcalde lo tiene claro: 'Nos faltan cosas, entre ellas un hospital. Pero eso es algo que tiene que solucionar la Comunidad y no un particular'.
Las cábalas y las bromas continuaron durante toda la tarde en un día en el que Parla celebró, con alegría solidaria, la noticia de que a un afortunado le ha cambiado, de la noche a la mañana, la vida. En el sorteo de la Lotería Primitiva de ayer no hubo acertantes, por lo que se genera un bote de casi 262 millones de pesetas. No son los 3.269 de Parla, pero siempre se puede tentar a la suerte.
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