41 puntos y un mate

Disfrute de Jordan esta temporada, no se fije en las victorias y las derrotas. Esta frase podría resumir lo que les espera a los seguidores de los Washington Wizards durante al menos los próximos seis meses. El jugador más grande de todos los tiempos ha tardado menos de lo previsto en mostrarse de nuevo competitivo. El sábado ante New Jersey Nets anotó 41 puntos. Anotó 15 de los 24 tiros que intentó, capturó seis rebotes -su nueva posición en el campo le involucra más en ese aspecto del juego- y dio cuatro asistencias en 33 minutos de juego. Incluso hizo un mate, el primero en un partido desde su retorno. Ha habido una obsesión por ver el primer mate de Michael Jordan, faltaba su jugada más característica para sellar su vuelta a la competición. En 48 horas ha anotado 65 puntos en dos encuentros, más de 32 de media por partido, superior incluso a la de su última temporada en los Bulls. 65 puntos estériles, no sirvieron para sumar ninguna victoria. El jueves ante Detroit Pistons, Washington sucumbió por 26 puntos, y hace dos días, ante New Jersey Nets, la diferencia fue de siete puntos.

Ni los Nets ni los Pistons están en la élite de la Conferencia Este. Orlando, Miami, Toronto, Mil-waukee, Filadelfia, Nueva York e Indiana están a otro nivel. Y los Wizards tienen muchos problemas para derrotar a los más accesibles. Jordan fue el único jugador de su equipo que anotó más de ocho puntos: cierto que su supuesto escudero Richard Hamilton no pudo disputar el encuentro debido a una lesión. La hipótesis que se formuló tras la confirmación de su regreso a las pistas parece verificarse. Los Wizards, con Jordan, son al menos competitivos. Sin él, hay quien ha comparado a los Wizards más con un equipo de CBA que de NBA.

La teoría se cumplió a rajatabla en el partido del sábado. Wa-shington superó a los Nets por 16 puntos con Jordan en pista. Cuando la estrella permaneció en el banquillo la diferencia fue de 23 puntos a favor de New Jersey. Doug Collins, el entrenador del equipo, ha sido tajante: 'Cuando no está en la pista somos malos'.

Los jugadores de los Wizards sufren una especie de proceso hipnótico ante la presencia de Michael Jordan. Cuando salta a la cancha, sus nuevos compañeros le miran fijamente, aún no se creen que una leyenda esté junto a ellos. Parecen más interesados en pedirle un autógrafo o hacerse una foto junto a la estrella que en jugar. Tyron Lue, ese base menudo que le buscó la cosquillas al mismísimo Allen Iverson en la final del pasado mes de junio, parece intimidado por compartir vestuario con la nueva estrella. Doug Collins ha tenido que recordarle quién es: 'Eres Tyron Lue, recuerdas, ese jugador que marcó a Iverson en la final y al que no le temblaba la mano cuando lanzaba triples después de un pase de Kobe Bryant o Shaquille O'Neal'. Este sentimiento se agudiza aún más por el hecho de que Jordan hasta hace unas semanas era el director deportivo del equipo. Su jefe.

Michael Jordan, recién llegado, con 38 años, tendinitis en las dos rodillas y tras 40 meses de retiro, ya es imprescindible para los Wizards. Demasiado. El técnico del equipo ha tenido que tomar medidas drásticas y pedirle a Jordan que por favor se abstenga de tirar durante diez minutos en los partidillos, para de esa manera obligar al resto de la plantilla a tomar responsabilidades. Sus compañeros tienen miedo de una regañina de la estrella por un mal tiro o una mala decisión en la pista.

Uno de los motivos que adujo Michael Jordan para regresar a las pistas, era el de enseñar a las nuevas generaciones. Su labor docente se centra en estos primeros días en el número uno del draft, Kwame Brown, que ha pasado de tener fotografías de la gran estrella en su habitación a compartir equipo.

Michael Jordan parece estar de nuevo en forma. El primer objetivo ya está cumplido. Ahora queda el de hacer mejor a sus compañeros y ganar partidos. 'Sí, Michael Jordan ha hecho lo que está acostumbrado a hacer, pero lo más importante es que nosotros ganamos', comentó Richard Jefferson, su defensor durante buena parte del partido del pasado sábado ante los Nets.