El Betis mantiene el tipo en casa

De poco sirvió que Joaquín deleitara con sus apuradas incursiones por la banda, ni que Denilson se desfondara al servicio de João Tomás y Casas. A Palermo le dio por reivindicarse ayer en Sevilla y al Betis sólo le quedó la desazón del que quiere y no puede. El Villarreal interpretó, ajustándose hasta la última línea, el guión que tan buena crítica le está granjeando y disipó en el Ruiz de Lopera las sombras que marcaron sus tres últimas citas arrancando, como mal menor, un valioso empate en el estadio bético.

Un texto que Palermo quiso demostrar ayer que conoce a la perfección. Avisó el argentino antes de que se cumpliese el primer minuto de juego, con el público acomodándose aún en sus asientos, pero Esquinas Torres anuló su temprano gol al señalar una falta previa sobre un defensor verdiblanco. Este susto espoleó al Betis. Joaquín repartió balones, pero ni Denilson ni Casas gozaron de acierto ante López Vallejo.

Unos veinte minutos le duró al Betis la cuerda, tiempo en el que desperdició hasta cinco claras ocasiones ante la puerta rival. Tras este periodo de estéril dominio, al equipo de Juande Ramos no le quedó otra que centrarse en encontrar la forma de frenar las fulgurantes y envenenadas cabalgadas con las que el habilidoso Jorge López y los no menos creativos Víctor y Guayre le buscaban las cosquillas a Prats, con la aquiescencia de la ayer imprecisa zaga verdiblanca. Y en esas estaban cuando apareció Palermo que, esta vez sí, dio la réplica a Calleja batiendo a Prats por bajo con un potente disparo raso dentro del área.

Tras el mazazo, el Betis se bloqueó. Denilson perdió fuelle por su banda, donde Jorge López y Galván se anticipaban a cuanta bicicleta o recorte intentara el brasileño. La ausencia del lesionado Ito se hizo notoria ante la dificultad que encontró Filipescu para controlar al rival y ordenar a los suyos. Sólo Joaquín mantuvo su frescura intacta, pero Casas no se despojó en la primera mitad del mal fario que le asuela y el esfuerzo del gaditano no obtuvo el premio merecido.

De igual forma que nació el encuentro se desarrollaron los primeros instantes del segundo periodo. Con la salvedad de que el Villarreal había traspasado la patata caliente al Betis, obligado a buscar al menos la igualada y mantenerse así imbatido en su campo tras cinco citas. Algo que consiguió Joaquín gracias a la entrega de Denilson, cuando más criticado era el brasileño por la grada. Roto el partido, ambos equipos se afanaron en sorprender a la contra. Palermo tuvo un par de ocasiones para bordar su actuación. Las mismas de las que gozaron João Tomás y Amato con igual fortuna. Aunque todavía tuvo el Villarreal un último golpe de suerte. El Betis quedó con diez jugadores tras lesionarse Luis Fernández en un choque con un rival. Pero todo estaba ya dicho. El Betis sigue invicto en su campo y el Villarrreal sale del bache.