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Entrevista:JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD | ESCRITOR

'Ninguna censura puede acallar la libertad íntima del artista'

José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) ha ejercitado libremente su memoria para el segundo volumen de su autobiografía, que él insiste en denominar 'una historia privada'. Ayer acudió a Bilbao a presentar La costumbre de vivir. La novela de la memoria II (Alfaguara), sus recuerdos del periodo entre 1954 y la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975.

Pregunta. ¿Le ha costado reconducir sus recuerdos por los caminos, a veces engañosos, de la memoria?

Respuesta. Los mecanismos de la memoria son muy complejos y su facultad selectiva también es muy arbitraria. Uno recuerda cosas sin saber por qué; otras importantes se olvidan e incluso uno hace suyos recuerdos de otras personas como si los hubiera vivido. En el libro, las zonas de olvidos las he ocupado con la literatura. La obra está llena de verdades inventadas.

P. Así que su autobiografía debería incluirse en el género de ficción.

R. La autobiografía como tal no me interesa. La memoria es un género de ficción, donde uno va acumulando hechos presuntos con los verídicos y comprobables.

P. Esos años del tardofranquismo que narra fueron oscuros y grises, pero también de una gran riqueza cultural.

R. Eso prueba que no hay dictadura ni vigilancia censora capaz de amputar o de acallar la libertad íntima del artista.

P. Fueron quizá los años más apasionantes de su vida.

R. Sin duda. Fueron años fecundos. Viajé mucho, escribí, me casé y tuve cinco o seis hijos.

P. También era una época de muchos amigos, muchas reuniones, cenas, copas...

R. Sí. Dentro de aquella mezquindad generalizada uno elegía pasarlo lo mejor posible con los amigos, divertirse. Uno vivía intensamente.

P. ¿Entre todos esos amigos, de quién se sentía más afín?

R. Era y soy muy amigo de Ángel González y fui muy amigo de otros hasta que murieron: Carlos Barral, Gil de Biedma, José Ángel Valente,...

P. ¿Ha ahuyentado algún fantasma con su obra?

R. Fraga era el enemigo de todos nosotros, el enemigo público número uno. Era un fascista. No entiendo cómo es posible que siga siendo el presidente de la Xunta por mayoría absoluta. Opino que en la transición se omitió el pasado y se hizo que la historia de aquel tiempo fuera una historia sin culpables. Aunque quizá no había otra manera de hacerlo, yo no estoy de acuerdo. El franquismo exigía un juicio.

P. En las últimas páginas parece que le duele que Franco muriese en la cama.

R. Su muerte fue una liberación, pero hubiera sido mejor que no muriera en la cama. Para muchos de nosotros fue una frustración.

P. De 1975 hasta aquí han pasado más de 25 años. ¿Hay un nuevo tomo de su vida?

R. No. Me he convertido en una persona literariamente poco atractiva.

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