Los letales AC-130 entran en acción
Estados Unidos tiene ya confianza suficiente en la destrucción de las defensas antiaéreas del régimen talibán como para haber puesto en el aire el pesado AC-130, un veterano y poderoso avión que vuela a baja altura con una capacidad de fuego especializada en el ataque a edificios, caravanas de vehículos y concentraciones de tropas.
En el intenso bombardeo de ayer sobre la capital, cazabombarderos norteamericanos alcanzaron dos almacenes de la Cruz Roja en Kabul, según un portavoz de la agencia humanitaria en Islamabad. En su diaria conferencia de prensa, el Pentágono indicó que había escuchado la noticia, pero que no podía confirmarla; aunque estaba investigando estos hechos.
El AC-130 depende del comando operaciones especiales de la Fuerza Aérea y su entrada en combate insinúa una concentración del esfuerzo ofensivo sobre objetivos de los talibanes cuya eliminación permita el despliegue de comandos. A la espera de los resultados que produzca el AC-130, los aliados mantuvieron, por segundo día consecutivo, una masiva e intensa presión aérea sobre los talibanes, mucho más fuerte que la de la primera semana, cuando la ofensiva estuvo esencialmente dirigida a inutilizar los sistemas de defensa antiaérea. Alrededor de 60 cazabombarderos intervinieron en los ataques de ayer, uno de los cuales alcanzó dos almacenes de la Cruz Roja en la capital: uno guardaba mantas, tiendas y medicinas y otro acumulaba grano.
El Pentágono cree haber logrado el grueso de los objetivos en la primera semana y ha introducido en escena un nuevo arma. El AC-130 es un avión turbo propulsado de ataque, construido sobre la estructura del Hércules y artillado con tres sistemas de armas en sus laterales, ametralladoras de 25 y 40 milímetros y cañones de 105, capaces de fijar mediante ordenados un objetivo y dirigir contra él fuego en movimiento. Este aparato ya fue usado extensamente en Vietnam y en 1993 se empleó en un ataque contra la casa de Mohamed Farah Aidid, el señor de la guerra somalí, que quedó destruida. Aquella operación constituyó un mortífero fracaso de los comandos norteamericanos, que perdieron 18 hombres, y aceleró la salida de las tropas norteamericanas de Somalia. El avión entró en funcionamiento el lunes y, según informaciones transmitidas desde las líneas de la Alianza del Norte, a 50 kilómetros de Kabul, ayer se oyó el intenso ruido de cañones que se asocia con los AC-130.
Los nutridos ataques de ayer se dirigieron contra bases, zonas de almacenamiento de combustibles y pistas aéreas en las inmediaciones de Kabul, Kandahar y Mazar-i-Sharif. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, insinuó el lunes que las fuerzas talibanes destacadas en el norte de la capital para defender de la ciudad de un posible asalto de sus enemigos del valle del Panchir iban a ser atacadas pronto.
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