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Reportaje:

Morir por deshonor

Documanía analiza esta noche el conflicto de Afganistán y la situación de la mujer islámica

Yolanda Monge

Estranguladas. Apuñaladas. Tiroteadas. En algunos países islámicos, las mujeres mueren a manos de sus familiares masculinos por haber deshonrado a la familia. Por negarse a aceptar matrimonios de conveniencia, por enamorarse del hombre equivocado. Mueren incluso por ser violadas. Son víctimas de antiguos códigos que se han extendido desde África hasta Pakistán, en los que los cuerpos de las mujeres son propiedad de la familia. Si avergüenzan a ésta, deben morir.

Rania se negó a casarse con un primo al que estaba prometida desde poco después de nacer. Estaba enamorada de otro hombre. Dos semanas antes de la boda decidió huir. Rania huyó de casa por amor. El precio que pagó fue su vida. Su hermano pequeño le descerrajó cinco tiros por haber deshonrado a la familia. Sólo en Jordania, cada dos semanas una mujer es asesinada en nombre de Alá. Irónicamente, el único lugar donde encuentran refugio es la cárcel. Otras prefieren morir.

Los países musulmanes están en el punto de mira tras los ataques terroristas contra Estados Unidos del pasado 11 de septiembre. Documanía (Canal Satélite Digital y cable) analiza esta noche (22.00) distintos aspectos de la realidad islámica. La terrible y dramática situación que viven muchas mujeres en muchos países islámicos es el tema principal del primero de los documentales. Producido por la cadena BBC, Crímenes de honor expone el conflicto entre una cruel tradición y la vida moderna. Para las familias pobres el honor es tan preciado como la riqueza y debe ser protegido a toda costa. Por eso, llegan a matar a las hijas para ocultar el secreto más oscuro de todos: el incesto. Por violación un padre o un hermano pagaría por su delito con 15 años de cárcel. Enmascarado como un crimen de honor, la pena es sólo de entre tres meses y un año de cárcel.

El país que ha embarcado a EE UU en la primera guerra del siglo XXI sufre más de 20 años de conflicto armado y cuatro de sequía, carga un millón y medio de muertos a sus espaldas y un 95% de su territorio malvive bajo un régimen de terror y miseria. Bajo la indiferencia del mundo, los talibanes han sometido a Afganistán. La cadena cultural Arte lo rescató del olvido en un documental del año 2000.

Cuestiones afganas (23.00) muestra imágenes inéditas del León de Panshir, Ahmed Sha Masud, asesinado el pasado 9 de septiembre por milicias de Osama Bin Laden, principal sospechoso en los atentados de Nueva York y Washington. Masud combatió al régimen talibán desde su llegada al poder en 1996 con la facción armada Alianza del Norte. Con imágenes a veces brutales, se muestra el odio existente en la población civil. Una población que vive en condiciones infrahumanas. Cuestiones afganas corrobora que la vida en Afganistán es una vida en las tinieblas.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.
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