La maternidad, un 'glorioso destino'
Como prueba de lo bien que lleva sus 78 años, Manuel Fraga pregonó hace unas semanas que se había pasado las vacaciones abatiendo corzos y capturando atunes. Ya metido en campaña, el presidente de la Xunta sigue proclamando su saludable estado, ahora con otra clase de alardes. Sus constantes alusiones al físico de las mujeres han indignado a algunas feministas y a sus rivales políticos, pero han sido jaleadas por las candidatas del PP, y el propio Fraga persevera a diario.
La última ocurrencia se la regaló a los vecinos de la localidad de As Pontes (A Coruña), la noche del domingo. 'La maternidad es el glorioso destino de las mujeres', dijo.
Todo empezó la pasada semana en un mitin en Ponteareas (Pontevedra) en medio de un confuso discurso sobre la distribución de la materia según Tomás de Aquino. Como si fuera consciente de que no se le estaba entendiendo bien, lo intentó con una metáfora: 'Por ejemplo, todos estamos hechos de carne, pero hay que ver cómo la tienen organizada algunas chicas y cómo la tienen otras'. El auditorio lo celebró con ovaciones y carcajadas.
La oposición y las feministas se le echaron encima. El candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, le llamó 'viejo verde', y Fraga le tildó de 'casto José'.
Desde entonces recuerda en cada mitin que le han tildado de viejo verde. Lo hizo hace unos días ante 1.200 mujeres, encabezadas por Ana Botella, que ponderaron la contribución de Fraga a la igualdad de la mujer y aplaudieron a rabiar cuando les dijo: 'El día que nos prohíban piropear a las mujeres, no quedarán hombres en España. Y punto'. A los vecinos de A Estrada (Pontevedra), también les recordó lo de viejo verde antes de aclarar: 'Sólo manifiesto mi admiración por las mujeres gallegas, a las que no se puede mirar mucho porque producen muchas tentaciones'.
A esa peculiar índole de admiración por las mujeres también contribuyó el consejero Xosé Cuiña, quien en un mitin en Lalín regaló un 'novio gallego' a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio. El novio era un gaiteiro de madera.
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