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Reportaje:

'El ciclismo no es sólo el Tour'

Óscar Freire cambia la mentalidad española y logra que se valoren más las carreras clásicas de un día

Después de una noche de exaltación de la amistad, baño de champaña, pringue de Coca-Cola en el pelo, chapuzón en la piscina del hotel, agua fría, aire libre a las once de la noche..., para todo el equipo, susto y corte de digestión incluidos para Joseba Beloki, que ingresó de urgencia, asustado, en un hospital lisboeta, Óscar Freire, el dos veces arco iris, tuvo por fin un momento de calma. Un instante de reflexión. 'El Mundial siempre lo gana alguien que hace historia en el ciclismo. Así que nunca pensé que mi primer triunfo fuera pura suerte', dijo; 'ya he conseguido lo inimaginable, dos Mundiales. Aunque no gane nada más en mi vida, ya puedo decir que he tenido una carrera deportiva sobresaliente'.

'Este título', añadió, 'lo estoy disfrutando mucho más que el de Verona. Antes estaba perdido porque era inimaginable. No dormí en una semana por los nervios. Lo pasé muy mal. Ahora estoy más acostumbrado. Sé lo que es. Y si no duermo será porque estaré recreando lo que hice tan bien'.

La misma sensación que tiene Freire, el gran clase del ciclismo mundial, la está empezando a tener, a su rueda, todo el ciclismo español. Corredores, directores, equipos, patrocinadores..., ya saben, por fin, lo que vale un Mundial. 'La mejor decisión que he tomado en mi vida ha sido la de irme al extranjero', siguió explicando Freire; 'allí sí que se interesan por la Copa del Mundo y las grandes clásicas. Me gustaría que los equipos españoles se fijaran también en la Copa; que cambiaran de mentalidad y fueran allí no como un castigo, sino animados para ganar'.

José Miguel Echávarri, el director del iBanesto.com, el hombre que llevó a Miguel Indurain a los cinco Tours y que convirtió a España en un país de tourmaníacos, piensa que sí, que ha llegado el momento de una revolución cultural y ciclista: 'Lo mismo que hizo Indurain con el Tour lo está consiguiendo Freire con el Mundial. Puede cumplir el mismo papel'.

Freire, el sencillo cántabro por el que nadie daba un duro hace un par de años, un cerebro fugado, cree lo mismo: 'El ciclismo no es sólo el Tour. Hay muchas carreras más, aunque en España sólo se haga caso a las grandes vueltas, que es en las que se triunfaba. Gracias a Indurain todos los jóvenes querían correr el Tour. Pero conmigo, y gracias a que no hay un superfavorito español para el Tour, está cambiando la mentalidad. Los corredores están cambiando el chip al ver que también tiene importancia la Copa. Y eso se ha visto en el Mundial. Antes no quería venir nadie y ahora, desde que yo lo gano, todos se pegan por correrlo. El año próximo va a ser imposible hacer la selección'.

El campeón correrá este sábado el Giro de Lombardía, la última prueba de la Copa -'pero después del Mundial no creo que esté muy allá'- y aprovechará el viaje a Italia para hablar con Giorgio Squinzi, el patrón del Mapei, el equipo con el que aún le queda un año de contrato y que podría ofrecerle una revisión y una prolongación. Actualmente, Freire cobra unos 100 millones de pesetas anuales. 'Y el año que viene tendré que ganar la Milán-San Remo, que para el equipo es la carrera más importante junto al Mundial y un oso del Tour. ¿Un oso? Perdón, un león . Fíjate lo que sabré yo del Tour, que digo un oso...', matizó.

Después, Freire, el sencillo, volvió a Torrelavega, su pueblo, que va a nombrarle hijo adoptivo y que le prepara una gran fiesta, aplazada de momento porque ayer falleció su abuela, a la que dedicó su éxito en Lisboa y que ya se hallaba muy enferma.

Óscar Freire, junto a su novia, Laura, muestra en el avión de regreso desde Lisboa su medalla de oro.
Óscar Freire, junto a su novia, Laura, muestra en el avión de regreso desde Lisboa su medalla de oro.EFE

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