'Escopetazo' de salida

Para muchos llega la época de los madrugones de fin de semana. De saltar de la cama en plena noche, enfundarse en ropa verde oliva, calzarse las botas y cargar las escopetas en el maletero del coche. Cuadrillas, padres e hijos, se dan cita en el campo. Aparcan sus coches cerca de alguna carretera comarcal y, aún de noche, echan un cigarrillo antes del alba e intercambian comentarios de cómo ha criado la perdiz o de la cantidad de conejo y jabalí que hay. Los perros agitan la cola, nerviosos, ansiosos de que el amo les suelte la correa para pegar el hocico al suelo hasta dar con el rastro aún fresco de la liebre que ha pasado la noche alimentándose de aquí para allá. La temporada de caza ha empezado. Llega llena de ilusión. Los más jóvenes sueñan con grandes y numerosas piezas. Los veteranos, también.

La primera luz del día, rojiza, da la señal de partida. Uno de los cazadores, el organizador de las cuadrillas, dispara al aire con su escopeta para dar la salida. Los cazadores se ponen en marcha. Alineados como pequeños batallones, caminan por una tierra aún neblinosa.

Hoy se da el escopetazo de salida de la temporada de caza en la Comunidad de Madrid. Afición, deporte o tradición para unos, crimen ecológico para otros; la temporada 2001-2002 arranca con 40.000 licencias de caza otorgadas en la región este año, casi mil más de las que la Consejería de Medio Ambiente concedió el año pasado. El presidente de la Federación Madrileña de Caza, Nicanor Ascanio, explica: 'Muchos se creen que por tener una escopeta, los cazadores somos unos terroristas. Pero la realidad es que el cazador es quien más se preocupa de la conservación de los animales', afirma.

El inicio de la temporada caza al Gobierno regional en plena elaboración de la nueva ley que regula la cuestión cinegética en la Comunidad de Madrid, cuya creación comenzó hace más de un año y ya lleva retraso. La actividad quedará regulada como se venía haciendo, en base a la Ley de Caza de 1970, considerada obsoleta por gran parte de los cazadores porque no cubre todos los posibles delitos ecológicos.

Las previsiones auguran una temporada que promete gran cantidad de capturas de conejo y perdiz en la caza menor, y de jabalíes en la mayor. 'Este año ha sido muy bueno para la cría de la perdiz y el conejo pero no se le ha dado tan bien a la liebre, muchas de cuyas camadas se las han comido el zorro, la comadreja u otras alimañas,... o los perros salvajes, que cada vez hay más porque cada año se abandonan más perros', explica Ascanio.

En la temporada anterior, la pieza que más abatieron los cazadores de Madrid fue el conejo, con 412.257 ejemplares. Este roedor es especialmente numeroso en el sur de la región, donde hay auténticas plagas. Tanto es así que Medio Ambiente hubo de autorizar en la temporada pasada la caza con hurón en pueblos como Valdemoro.

La sobrepoblación de conejo tiene un efecto doble. Por un lado arrasa los cultivos pero, por el otro, es el alimento básico de depredadores tan valiosos como el águila imperial ibérica (un ave autóctona en peligro de extinción). La perdiz, con 127.044 pájaros abatidos, ocupa el segundo puesto en el escalafón de especies cinegéticas. Le sigue la paloma, con 78.943 bajas, y la liebre, con 35.266.

El jabalí es la pieza de caza mayor más abundante en la región. La temporada pasada se abatieron 1.587 ejemplares en los 73 cotos de caza mayor que hay en la Comunidad (ocupan una extensión de 140.326 hectáreas). 'El jabalí es un animal que se adapta a todos los terrenos con suma facilidad. Como se le pega en los cotos, migra a otras zonas más tranquilas. Sobre todo a las vegas de los ríos, donde encuentra comida abundante, como las zonas de plantación de maíz', explica Ascanio.

El segundo animal más abatido en caza mayor, a mucha distancia del jabalí, es el ciervo o venado, con 604 ejemplares. Le siguen el gamo (421), el muflón (253) y el corzo (57).

Prohibido en sábado

Los días hábiles para la caza en los cotos privados son los jueves, sábados, domingos y festivos nacionales y autonómicos en la Comunidad. En los cotos de aprovechamiento común, o cotos sociales (de los vecinos de un pueblo), tienen un día menos de caza a la semana puesto que Medio Ambiente ha prohibido la caza los sábados. La temporada de caza menor dura desde hoy cuatro meses y concluye el día 27 de enero, ambos inclusive. La de caza mayor es algo más larga, finaliza el 17 de febrero.

La caza de palomas migratorias, que están de paso por España en su viaje anual, cuenta con su propia normativa. Se podrá practicar desde el 14 de octubre hasta el 11 de noviembre. Los cazadores deben permanecer en los puestos o escondites desde los que disparan: quedan prohibidas las escopetas volantes y el tránsito de cazadores fuera de los puestos con las armas desenfundadas.

Esta temporada, los propietarios de cotos de caza mayor no cercados deben anunciar las cacerías para evitar accidentes 'con antelación a la cacería, de forma clara sobre el terreno, los principales accesos al acotado con carteles informativos que adviertan, a efectos de seguridad, de la celebración de dicha actividad. La señalización deberá ser retirada al final de la cacería', según establece la normativa.