Crear nuevas combinaciones infecciosas no es fácil

La expresión 'guerra biológica' suele traer a la mente imágenes apocalípticas de una pandemia causada por un microorganismo totalmente nuevo, nacido en algún diabólico laboratorio ultrasecreto.

En la práctica, tres décadas de manipulaciones genéticas sobre virus, bacterias y células han demostrado que crear agentes infecciosos no es nada sencillo.

'Cuando nació la tecnología del ADN recombinante', explica un virólogo del CSIC que prefiere no publicar su nombre, 'Paul Berg, que en 1980 recibió el Premio Nobel por ese descubrimiento, intuyó que combinar material genético de distintos seres vivos podría dar lugar a nuevas especies muy peligrosas. Por esta razón, hizo pública su Carta Verde, una serie de normas éticas y científicas para minimizar este riesgo. Lo cierto es que pasaron los años y no se documentaron demasiados accidentes, a pesar de que cada vez se hacen experimentos más arriesgados. La conclusión es que la naturaleza ya ha seleccionado a los patógenos en millones de ensayos a lo largo de mucho tiempo, y crear nuevas combinaciones infecciosas en un laboratorio es muy difícil'.

Infinitas ideas

A pesar de ello, la comunidad investigadora es consciente de que esta posibilidad es real. La prestigiosa revista científica Nature dedicó un interesante artículo al tema en el mes de mayo.

En él, una lapidaria frase de un investigador de la Universidad de Stanford resumía la situación: 'Si encierras a un puñado de biólogos en una habitación y haces un brainstorming, seguro que surgen infinitas ideas '. Las autoridades norteamericanas han lanzado avisos cautelares ante el posible ataque terrorista con armas biológicas. La detección de que algunos terroristas se habían interesado por maniobras de fumigación contribuyó a dar verosimilitud a este temor.