Los accionistas de Chevron y Texaco aprueban la cuarta mayor petrolera

Los accionistas de dos de las mayores petroleras estadounidenses, Chevron y Texaco, dieron ayer el visto bueno a la fusión entre ambas compañías, anunciada hace ya un año, y valorada en 45.000 millones de dólares (49.450 millones de euros). La operación, que ya tenía luz verde por parte de las autoridades antimonopolio de EE UU y la UE, ha creado definitivamente ChevronTexaco Corporation, la cuarta mayor petrolera privada del mundo.

La petrolera Royal Dutch Shell, la segunda del mundo, ha puesto la guinda para que la operación se concretara, puesto que aceptó quedarse con las participaciones de Texaco en las refinerías Motiva y Equilos por 3.800 millones de dólares. Tras esta operación, la petrolera anglo-holandesa supera al gigante Exxon-Mobil como el mayor productor de gasolina en Estados Unidos.

Desde que la fusión se anunció en octubre de 2000 el precio del crudo ha caído un 32%. Por ello, la nueva compañía, según fuentes del sector, se apresta a eliminar puestos de trabajo, alrededor del 7% de una plantilla que asciende a 57.000 empleados.También prevé deshacerse de activos valorados en 1.200 millones de dólares en los próximos nueve meses. La sede central de la nueva compañía estará en San Francisco hasta el segundo semestre de 2002 y luego se mudará a San Ramón (California).

La unión de Chevron y Texaco es la última de un proceso de fusiones y adquisiciones que emprendió la industria petrolera mundial a mediados de 1998, cuando BP dio el puntapié inicial con la adquisición de Amoco. Le siguieron las uniones de Exxon-Mobil, TotalFinaElf y la propia Repsol YPF. De las 10 grandes, sólo la italiana ENI se ha mantenido, de momento, al margen de este proceso.