Cuentas bloqueadas
Cada día me encuentro con un motivo de asombro, o varios si se me apura. Uno que me ha golpeado estos días de manera especial es la noticia del bloqueo de cuentas de los terroristas. Pregunta (soy un ignorante en estas cosas, y fuera de haber leído a John Le Carré, no sé más ): ¿los servicios de información (¿inteligencia?) de EE UU y Europa conocían esto desde de siempre? ¿Estos servicios saben de todo este movimiento de capitales (millones de dólares): cuentas, bancos, personas, sociedades? ¿Estos servicios han notificado a sus respectivos responsables políticos? ¿Y éstos, hasta ahora, no han hecho nunca nada? ¿Era bueno, supongo, para los bancos americanos o europeos el tener estos depósitos, aun a sabiendas de dónde procedían? El dinero de los terroristas se mezcla con el de los traficantes de armas, con el de los traficantes de droga, con el de gerentes que apañaron pérdidas y los beneficios los pusieron en estas cuentas, con el dinero de estafas de Estado, con el dinero de comisiones de políticos dados por empresas con intereses especiales... ¿Todo esto pasa? La facilidad con que de pronto se inicia la guerra financiera contra el terrorismo despierta serias sospechas de connivencia, y aparece la suciedad de todo el entramado, de modo que El Informe Lugano, de Susan George, me parece una obra de ficción.
¿Qué hacer? Ir de asombro en asombro hasta que nos pille el ataque... al corazón.
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