Belda, Sevilla, Ochoa, Fernández y Casero

Para los que seguimos el ciclismo, la Vuelta a España nos ha ofrecido un gran espectáculo deportivo. Pero no sólo por la lucha por el primer puesto hasta el ultimo día, sino por las lecciones de profesionalidad, entrega, rigor, amor a la profesión, vivero de campeones y defensa del ciclismo profesional que dio Vicente Belda con la dirección del equipo Kelme-Costa Blanca, con sus intervenciones a lo largo de la carrera y sus análisis en los medios de comunicación. Todo lo que ya se hizo patente en el Tour de Francia y otras carreras en años anteriores, donde el Kelme se convirtió en uno de los principales animadores, a pesar de que tenía mucho menos presupuesto, nombre y seguimiento que otros grandes equipos profesionales.

El equipo de Belda ha descubierto a un gran campeón: Óscar Sevilla, quinto y maillot joven en el Tour, que con su segundo puesto después de muchos días de liderazgo en la Vuelta se llevó de calle a toda la afición por su simpatía, compañerismo e indudable buen hacer ciclista. El Kelme tuvo enfrente a otro gran profesional, Juan Fernández, que ha llevado a lo más alto del podio a un gran campeón, a Casero. Número uno que él y su familia se merecieron, junto al equipo Festina de Fernández que lo arropó sensacionalmente y lo llevó al triunfo.

No podemos olvidarnos de Javier Ochoa (triunfador el año pasado en una excelente etapa de montaña en el Tour), de los hermanos Ochoa del Kelme, que sufrieron aquel mortal y desgraciado accidente cuando entrenaban. El hermano de Javier murio y él quedó muy malherido.

La noche del ultimo día de la Vuelta, Belda y los propietarios del Kelme, nos dieron una de las mayores alegrías: la sorpresa de llevar a Javier Ochoa al hotel donde el Kelme celebraba su éxito en la Vuelta. Todo el equipo le dedicó una ovación. Belda y Sevilla dijeron que aquello había sido lo mejor al final de la Vuelta, ver a Javier Ochoa tan recuperado.

El deporte profesional, el deporte en general, tienen que servir para esto, para destacar a los mejores que ganan en buena lid, limpiamente, en una competencia con principios. El deporte en este sentido se convierte en un gran ejemplo, en un referente social esencial.